El Papa Francisco se refirió de nuevo a la imperante “cultura del descarte” al hablar sobre la eutanasia, el aborto y la migración durante la entrevista que concedió a Carlos Herrera, periodista español, conductor del programa Herrera en COPE, el 1 de septiembre de 2021.
“Estamos viviendo una cultura del descarte. Lo que no sirve se descarta. Los viejos son material descartable: molestan. No todos, pero vamos, en el inconsciente colectivo de la cultura del descarte, los viejos… los enfermos más terminales, también; los chicos no queridos, también, y se los manda al remitente antes de que nazcan… O sea, hay una cultura”, explicó el Papa.
La cultura del descarte “nos ha signado”: Eutanasia y aborto
Después, Francisco instó a mirar “a las periferias”, poniendo como ejemplo “las grandes periferias asiáticas”: “El descarte de pueblos enteros. Piense en los rohingyas, descartados, gitaneando por el mundo. Pobrecitos. O sea, se descartan. No sirven, no van, no sirven”. “Esa cultura del descarte”, insiste, “nos ha signado” y signa “a los jóvenes y a los viejos. Influye mucho sobre uno de los dramas de la cultura actual europea”.
Asimismo, la pirámide poblacional, “se ha invertido” y es precisamente en “el invierno demográfico” en cuanto a nacimientos en el que existen “más casos de aborto”. La cultura demográfica “está en pérdida porque se mira el provecho. Se mira al de adelante… ¡y a veces usando la compasión!: ‘que no sufra en el caso de…’. En este sentido, “la Iglesia lo que pide es ayudar a morir con dignidad. Eso siempre lo ha hecho”, resalta.
En cuanto al aborto, el Pontífice expone: “a mí no me gusta entrar en discusiones que si hasta aquí se puede, que hasta allí no se puede, pero digo esto: cualquier manual de embriología de los que le dan a un estudiante de Medicina en la Facultad dice que a la tercera semana de la concepción, a veces antes de que la madre se dé cuenta [de que está embarazada], ya están perfilados todos los órganos en el embrión, incluso el ADN. Es una vida. Una vida humana”.
Aunque algunos consideren que el embrión “no es persona”, reitera, “¡Es una vida humana!”. Por ello, ante una vida humana, plantea, “yo me hago dos preguntas: ¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?, ¿es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema? Y con estas dos preguntas que se resuelvan los casos de eliminación de gente -por un lado o por el otro- porque son un peso para la sociedad”.
Migración: “Acoger, proteger, promover e integrar”
Al ser interrogado sobe el problema de la migración, el Obispo de Roma recordó que, en primer lugar, frente a las personas migrantes se deben adoptar “cuatro actitudes: acoger, proteger, promover e integrar”. Así, trasladándose a la última remarcó que “si uno acoge y los deja ahí sueltos en casa y no los integra son un peligro, porque se sienten extraños”. Es necesario, por tanto, “lograr que el migrante se integre y para esto este paso de, no solo acogerlos, sino protegerlos y promoverlos, educarlos, etcétera”.
En segundo lugar, Su Santidad describe que “los países tienen que ser muy honestos consigo mismos y ver cuántos pueden aceptar y hasta qué número, y ahí es importante el diálogo entre las naciones”. En este sentido, puso como modelo a Suecia durante la época de la integración de la inmigración por las dictaduras militares de Sudamérica (Argentina, Chile, Uruguay): Un país en el que “a los pocos días de llegar un migrante ya recibía un sueldo para ir a la escuela a aprender la lengua, y después se le conseguía trabajo y se le iba integrando”. “Suecia fue un ejemplo en estos cuatro pasos de acoger, proteger, promover e integrar”, repitió.
El Sucesor de Pedro también volvió a evidenciar que existe “una realidad ante los migrantes”, la “del invierno demográfico. Italia tiene pueblos casi vacíos”. Carlos Herrera, por su parte, advirtió que en España ocurre lo mismo, ante lo que el Papa Francisco subrayó nuevamente, “la migración es una ayuda en la medida en la que se cumplan nuestros pasos de integración. Esa es mi postura. Pero eso sí, un país tiene que ser muy honesto y decir: ‘hasta aquí puedo’”.