En la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, el panel titulado “El camino de la Asamblea Eclesial” abordó el 22 de noviembre del 2021 el análisis pastoral de las circunstancias que propiciaron la realización de la Asamblea.
De acuerdo a una nota publicada por ADN CELAM, sistema informativo del Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM), se trató de un espacio dedicado a la reflexión y la disertación en el que participaron el arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga; el coordinador del centro de programas y acción pastoral del CELAM, Mauricio López; y la teóloga Birgit Weiler. Cada uno desde su perspectiva pastoral y académica ofreció aportes para la reflexión durante la 1ª jornada de la Asamblea Eclesial.
La Asamblea y su proceso
En su intervención el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, resumió el proceso que llevó a la Iglesia continental a optar por la realización de una asamblea eclesial que acogiera la invitación del Papa de buscar nuevos caminos, tomando como punto de referencia la experiencia del Sínodo Especial para la Amazonía y el dinamismo que le aportó la participación de las comunidades y los pueblos originarios.
El CELAM comprometido con esta iniciativa ha liderado la realización de la Asamblea Eclesial que a través del proceso de escucha ha generado una mirada contemplativa y compasiva de la realidad que ha de asumirse desde la misericordia. Así, se ha logrado avanzar hacia el diálogo con la esperanza de discernir en unidad, viviendo la realidad más allá de las justificaciones o calificaciones; pero sobre todo teniendo claro que la Asamblea no puede ser una reunión de intelectuales o de la especie de aristocracia religiosa, por el contrario debe acogerlos a todos en la misma proporción.
La invitación del cardenal es a dejarse motivar por la llamada del Papa Francisco a “trabajar con valentía y coraje, para reconectar las cinco conferencias generales del episcopado y la exigencia de hacer una verdadera pedagogía de la sinodalidad, que se entienda como un estilo de vida que aún parece desconocida y molesta para quienes prefieren mantener las estructuras actuales o una luz de esperanza cuando se sueña con una Iglesia de puertas abiertas”.
Los destinatarios de la sinodalidad
Después de conocer todo el proceso de preparación de la Asamblea y sus objetivos, Mauricio López se refirió a las experiencias que en diferentes partes del continente le han permitido constatar que la gente con sus experiencias pastorales puede convertirse en “el rostro concreto de la presencia viva de Dios que anima y contribuye al crecimiento de sus comunidades”. Se trata de procesos que confrontan el corazón y lo renuevan hasta hacernos ver que “los sujetos son los destinatarios que dan sentido a la sinodalidad”. Estos nuevos caminos hacen evidente “la presencia encarnada de Dios que despierta, renueva y confronta el corazón”.
Retomando aportes de Aparecida, recordó las reflexiones que hace 14 años se realizaban sobre temáticas como la piedad popular que desde los santuarios reflejan la vida de fe del pueblo de Dios, por lo que advirtió sobre la necesidad de evaluar cuales han sido los avances en estas temáticas que además de acciones prácticas necesitan un cambio de mentalidad. Iniciativas que han sido asumidas por el esfuerzo de muchas personas e instancias eclesiales que trabajan con el corazón pese a las dificultades o circunstancias desfavorables.
Lectura, contemplación y discernimiento
Finalmente la hermana Birgit Weiler destacó la gran variedad de voces que aportaron una lectura atenta de los signos de nuestro tiempo en la sociedad y los signos eclesiales así como al discernimiento comunitario de estos signos que representan toda una gran riqueza. Así, lo que se hace se encuentra en el documento para el discernimiento comunitario que recoge elementos centrales de la escucha en relación con aquellos signos de los tiempos que han sido identificados como prioritarios por las fuertes interpelaciones que nos presentan, “por la importancia que tienen para nosotros en las diversas sociedades de Latinoamérica y El Caribe y por el significado que tienen para la Iglesia, su credibilidad y su misión en este momento de la historia”.
“Por ahora la Asamblea debe seguir en el proceso de escuchar”, advirtió la religiosa. Por ello, invitó a los miembros de la Asamblea, a leer el documento para el discernimiento comunitario “en una actitud contemplativa escuchando a través de las voces de quienes han aportado los diversos contenidos, cómo Dios nos habla hoy, por dónde sopla su Espíritu y cuáles son los caminos nuevos por donde el Espíritu desea llevarnos”.