El Padre Ángel Espinosa de los Monteros trae a los lectores de Exaudi en su sección Reflexiones, el tema «La importancia del amor»
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El Padre Ángel Espinosa de los Monteros enfatiza la importancia del amor como eje central de la existencia humana. Aborda cómo distintas facetas de la vida pierden su verdadero significado en ausencia del amor, subrayando su creencia de que «la vida sin amor no tiene sentido«.
Destaca la omnipresencia del amor en nuestras vidas, desde las relaciones personales hasta los momentos más significativos, como aniversarios y celebraciones. «El amor está en la boca, en la mente, en el corazón», afirma, señalando que esta emoción es el motor que da sentido a la vida.
Presenta una serie de ejemplos para ilustrar cómo diversos aspectos de la vida, cuando carecen de amor, pueden desvirtuarse. Menciona que la inteligencia sin amor puede llevar a la perversidad, la belleza sin amor puede volverse banal, y la docilidad sin amor puede degenerar en servilismo. Estas observaciones buscan alertar sobre el peligro de vivir una vida sin amor, que según él, conduce a la superficialidad y al vacío.
Una parte crucial de su mensaje es el contraste entre la riqueza con y sin amor. El Padre Espinosa resalta que la riqueza sin amor lleva a la avaricia y al egoísmo, citando el Evangelio para ilustrar cómo la acumulación de bienes materiales sin un propósito altruista resulta inútil. En cambio, sugirie que la verdadera riqueza radica en la generosidad y el compartir con los demás.
El éxito y la libertad también son temas de su reflexión. Señala que el éxito sin amor puede hacer a una persona arrogante, mientras que la libertad sin amor se convierte en libertinaje, traspasando los límites del respeto hacia los demás. Según el sacerdote, el trabajo sin amor te convierte en un esclavo, y la ley sin amor se transforma en una herramienta de opresión, ejemplificando con el antiguo principio de «ojo por ojo».
El mensaje del Padre Espinosa también toca aspectos de justicia y misericordia. Subraya que la justicia sin amor puede convertirnos en hipócritas, olvidando la importancia de la misericordia como primer principio de la justicia. Critica la autoridad sin amor, que puede convertirse en tiranía, y la política sin amor, que degenera en egolatría, poniendo el interés personal por encima del bien común.
Finalmente, aborda la espiritualidad, afirmando que la oración sin amor nos lleva a la idolatría y que la fe sin amor se torna fanática. Menciona que la cruz sin amor se convierte en una tortura, no en un acto de redención o control de las pasiones, y concluyó reiterando que «la vida sin amor no tiene sentido».
El Padre Ángel Espinosa de los Monteros concluye su mensaje invitando a todos a realizar actos de bondad motivados por el amor puro y desinteresado, sugiriendo que estos actos, más que ser anunciados, deben servir de ejemplo para inspirar a otros. «Hagamos todo el bien que podamos por puritito amor, no por presunción«, subrayando la esencia de su mensaje: vivir y actuar siempre con amor.
Su reflexión final es un llamado a la acción y a la reflexión personal sobre cómo el amor, como fuerza divina y humana, puede transformar nuestras vidas y las de aquellos que nos rodean.
A continuación la reflexión completa:
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