Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica han emitido un mensaje tras su CXXII Asamblea Ordinaria, celebrada del 9 y 12 de agosto de 2021, en el que expresan: “Caminemos juntos, trabajemos en fraternidad, transmitamos esperanza con nuestra vida y testimonio; seamos solidarios y construyamos una nación próspera con oportunidades de desarrollo para todos”.
Los prelados señalan que a lo largo de la Asamblea han reflexionado “sobre el quehacer de nuestra Iglesia y la realidad que afronta nuestra sociedad, con el fin de comprender e interpretar los tiempos que vivimos, para dar un mensaje de aliento a la luz del Evangelio (cfr. Gaudium et spes, 4)”. De este modo, desean “ofrecer palabras de esperanza a la luz de la fe y de los valores que han caracterizado a nuestra Nación, en procura de que entre todos contribuyamos a un mejor rumbo de Costa Rica, cercanos ya al 200 aniversario de su independencia”.
El mensaje de los miembros del Episcopado costarricense se divide en 5 aspectos claves para dar luces a la feligresía de Costa Rica frente a la actual realidad: “bien común”, “hermanos todos”, “establecimiento de una ruta”, y “busquemos un plan espiritual”.
Bien común
Así, respecto al “bien común”, los obispos han señalado que “las dramáticas y vergonzosas cifras actuales de pobreza y desempleo han de llevar a responder con acciones concretas que conduzcan a una mayor justicia y equidad”. “La Costa Rica solidaria que apostó por la educación, las garantías sociales y la paz, en la década de los cuarenta del siglo anterior, se ha venido debilitando grandemente, razón por la cual necesitamos retomar el camino que garantice el verdadero y auténtico bien común”, han indicado.
En cuanto al proceso de elecciones nacionales venidero, los obispos animan a todos, electores, candidatos y medios de comunicación, a asumir responsablemente este compromiso: “Todos somos necesarios para contribuir al mejoramiento del país”. En este sentido, igualmente, exhortan “a una campaña de ideas y de compromisos concretos; que la transparencia y honestidad caractericen a quienes piden el voto. Debe imperar el respeto por el otro y, ante todo, el respeto por nuestra nación democrática que urge gobernantes preparados y probos para llevar desarrollo y justicia a nuestra sociedad”.
Hermanos todos
Al hablar sobre la fraternidad, el texto remarca que “nos preocupan poblaciones vulnerables y a veces olvidadas, como lo son los pueblos indígenas, los pescadores, las personas que viven en las líneas fronterizas, migrantes que buscan una oportunidad de calidad de vida, personas en situación de calle, adultos mayores en abandono, mujeres jefas de hogar sin las posibilidades para salir adelante, niños que son explotados” y que “la vía de la solidaridad puede marcar un camino común para todos, en el que, como hermanos, podamos salir adelante juntos. Requerimos una respuesta para todos”.
Establecimiento de una ruta
Para los pastores, Costa Rica “debe evaluar la ruta que ha transitado en las últimas tres décadas, la cual ha dado paso al incremento de la brecha de desigualdad y el aumento de pobreza”. Así, consideran que “hay que incentivar la inversión, coordinar esfuerzos en el ámbito público y privado para la promoción de empleo” y “se requiere una ruta que disminuya los requisitos burocráticos y que agilice las necesidades del sector productivo”.
Al mismo tiempo, apuntan que “el mejoramiento de la calidad educativa debe ser una prioridad para el actual y siguientes gobiernos. Nuestros niños y jóvenes deben dejar atrás un rezago que preocupa, alarma y pone en riesgo el futuro de nuestra sociedad”, por tanto, “es clave la mejora tecnológica para disminuir esta brecha que divide en dos a los estudiantes de nuestro país”.
La Costa Rica del bicentenario “debe poner su mirada en una verdadera revolución que ponga al ser humano en el centro del desarrollo, sin ser excluido por el avance tecnológico”, añaden. Igualmente, el mensaje remarca que “deben acabarse las diferencias salariales por un mismo trabajo, entre hombres y mujeres”.
Valores nacionales
Al hablar sobre los valores nacionales, los mitrados recuerdan que “nuestro país requiere volver su mirada a las leyes que también están incluidas en nuestra Constitución, como lo es el respeto a la vida desde su concepción hasta su término natural, porque la vida es sagrada”. Al mismo tiempo, la Costa Rica del bicentenario requiere, “consolidar otros principios fundamentales como el derecho a una educación libre de toda ideología que afecte las más sólidas creencias del costarricense”.
Es meritorio que “se aplique la objeción de conciencia, porque es un derecho humano la posibilidad de oponerse a leyes e ideas contrarias a nuestras convicciones sean religiosas, morales, culturales o racionales”, agregan.
Camino espiritual
Finalmente, el Episcopado subraya que “hemos reflexionado como pastores de la Iglesia en las grandes necesidades de nuestro país, en ese pan material que no llega a todos, ni ha alcanzado para todos en los últimos años”, reforzando que “sólo pensando en el bien común, mostrando solidaridad y recuperando y exaltando los valores de nuestra Nación, podremos entonces caminar juntos, con igualdad de oportunidades en esperanza y confianza”.
Sin embargo, continúan, “pongámonos también en camino para buscar con ahínco el pan espiritual que nos lleva a la vida eterna. Nuestra conciencia humana debe mirar al futuro, más allá de este mundo material que es temporal y pasajero”. “Caminemos juntos, trabajemos en fraternidad, transmitamos esperanza con nuestra vida y testimonio; seamos solidarios y construyamos una nación próspera con oportunidades de desarrollo para todos”, se lee en el texto.