“Estoy convencido de que la relación que se ha formado en este periodo se basa en una comprensión mutua de la importancia de la fe y del papel positivo que la religión debe desempeñar en la sociedad” , ha expuesto monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.
Hoy viernes 4 de febrero, el presidente de la Sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado para la apertura de la Iglesia Apostólica en los Emiratos Árabes Unidos, monseñor Edgar Peña Parra ha pronunciado un discurso por la Jornada Internacional de la Fraternidad Humana.
Al comienzo del discurso monseñor Peña Parra ha destacado la cercanía espiritual de Su Santidad el Papa Francisco. Del mismo modo ha resaltado que “la presencia de esta nueva Nunciatura Apostólica es un signo más de la solicitud y preocupación del Santo Padre por todo el pueblo de esta tierra”.
Así, explica monseñor Parra, “como ya tuve ocasión de comentar en circunstancias similares, es por ello que a las Nunciaturas Apostólicas se les suele llamar cariñosamente la Casa del Papa. Lo mismo ocurre ciertamente con este lugar, ya que es el deseo sincero del Papa Francisco que este edificio ayude al representante papal a llevar a cabo su misión en los Emiratos Árabes Unidos y en la comunidad católica local”.
La inauguración de esta Representación Diplomática de la Santa Sede, señala el adjunto de la Secretaría de Estado, “demuestra las buenas relaciones bilaterales que ya existen entre los Emiratos Árabes Unidos y la Santa Sede”. Sobre esta cuestión, destaca también “que este año se cumple el decimoquinto aniversario de las relaciones diplomáticas”.
“Estoy convencido de que la relación que se ha formado en este periodo se basa en una comprensión mutua de la importancia de la fe y del papel positivo que la religión debe desempeñar en la sociedad. Esto se afirmó hoy hace tres años durante el Viaje Apostólico 2019 del Papa Francisco a este país, cuando él y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, firmaron el histórico documento sobre la Fraternidad Humana: Por la Paz Mundial y la Convivencia”, expone.
El documento, describe Peña Parra, “habla con elocuencia de los elementos que unen a musulmanes y cristianos, basados en la creencia compartida en Dios, creador de todas las cosas”. De ahí, prosigue, “surge el llamamiento a los creyentes a vivir en fraternidad con todas las personas, independientemente de su raza, religión o credo, y a salvaguardar la creación, nuestro hogar común”.
De este modo, al firmar el documento, el Gran Imán y el Papa, “expresaron su deseo de que ‘sirva de guía a las generaciones futuras para avanzar en la cultura del respeto mutuo, en la conciencia de la gran gracia divina que hace a todos los seres humanos hermanos y hermanas’ (Introducción)’”. Así, Parra espera que también sirva de marco “para profundizar en nuestras relaciones diplomáticas”. “Por lo tanto, al avanzar, intensifiquemos nuestros esfuerzos para promover el contenido del documento con el fin de ayudar a construir un mundo más justo y pacífico”, concluye.