El Papa Francisco ha escrito una carta a los dirigentes de los países de todo el mundo para que, con motivo de la Navidad, tengan un gesto de clemencia con aquellos presos que se consideren idóneos para beneficiarse de esa medida.
“Con ocasión de la próxima Navidad, el Papa Francisco envía una carta a todos los Jefes de Estado invitándoles a realizar un gesto de clemencia hacia aquellos de nuestros hermanos y hermanas privados de libertad que consideren dignos de beneficiarse de tal medida, para que este tiempo marcado por tensiones, injusticias y conflictos se abra a la gracia que viene del Señor”, es el texto del comunicado ofrecido por Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Este no es el primer gesto de este tipo de Francisco. En 2016, Año Santo de la Misericordia, con motivo del Jubileo de las Personas Privadas de Libertad, el 6 de noviembre, el Pontífice, en el Ángelus tras la Misa en San Pedro con los presos, solicitó a los gobiernos un “acto de clemencia”.
“De manera especial, someto a la consideración de las autoridades civiles competentes de cada país la posibilidad de realizar, este Año Santo de la Misericordia, un acto de clemencia en favor de los presos que se consideren idóneos para que se beneficien de tal disposición”, fueron sus palabras entonces.
Asimismo, realizó un llamamiento “en favor de la mejora de las condiciones de vida en las cárceles de todo el mundo, para que sea respetada plenamente la dignidad humana de los detenidos. Además, deseo reiterar la importancia de reflexionar sobre la necesidad de una justicia penal que no sea exclusivamente punitiva, sino que esté abierta a la esperanza y la perspectiva de reinsertar al reo en la sociedad”.
En 9 de julio de 2000, con motivo del Jubileo en las cárceles, san Juan Pablo visitó la cárcel Regina Coeli de Roma, y comunicó a los reclusos que había reclamado: “para vosotros un signo de clemencia, mediante una ‘reducción de la pena’. Lo he pedido con la profunda convicción de que esa opción constituye un signo de sensibilidad hacia vuestra condición, que puede impulsar el compromiso de arrepentimiento y estimular la conversión personal”.