El Papa Francisco se ha referido a las “noticias tristes de sangrientos enfrentamientos, con pérdidas de vidas humanas” que llegan desde Myanmar y ha llamado la atención de las autoridades “para que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia”, y de la Comunidad internacional, “para que trabajen de modo que las aspiraciones del pueblo de Myanmar no sean sofocadas por la violencia”.
Al final de la audiencia general de este miércoles, 3 de marzo de 2021, el Santo Padre Padre ha recordado a esta nación asiática que sufrió un golpe de Estado el pasado lunes 1 de febrero de 2021.
“A los jóvenes de esa amada tierra se les conceda la esperanza de un futuro donde el odio y la injusticia dejen espacio al encuentro y a la reconciliación”, ha manifestado el Pontífice. Por último, ha insistido en que “que el camino hacia la democracia, emprendido en los últimos años por Myanmar, pueda retomarse a través del gesto concreto de la liberación de los diferentes líderes políticos encarcelados” (cf. Discurso al Cuerpo Diplomático, 8 de febrero de 2021).
Cercanía espiritual al pueblo de Myanmar
Efectivamente, Francisco expresó su “cercanía espiritual” al pueblo de Myanmar, además de su oración y afecto, tras la oración del Ángelus del pasado domingo 7 de febrero de 2021 desde el balcón del Palacio Apostólico en la plaza de San Pedro.
“En estos días sigo con viva preocupación el desarrollo de la situación que se ha creado en Myanmar, país que, desde mi visita apostólica de 2017, llevo en el corazón con mucho afecto”, aclaró el Papa. En este momento “tan delicado”, prosiguió, “deseo asegurar nuevamente mi cercanía espiritual, mi oración y mi solidaridad al pueblo”.
“Y rezo para que los que tienen responsabilidad en el país se pongan al servicio del bien común con sincera disponibilidad, promoviendo la justicia social y la estabilidad nacional, para una armoniosa convivencia democrática”, concluyó.
Contexto del enfrentamiento
Myanmar está saliendo de décadas de gobierno militar después de que el partido Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi ganara las elecciones de 2015 y posteriormente asumiera el poder. La minoría musulmana de los rohingyas está considerada por la ONU como una de las más perseguidas.
Según datos del Proyecto Arakan, una organización humanitaria que defiende los derechos de los rohingyas, desde 2010, unos 100.000 miembros de la minoría han huido de Birmania (Myanmar) por mar. La violencia entre budistas radicales y rohingyas ha dejado, desde 2012, más de 200 muertos y 140.000 desplazados.
Recientemente, el golpe de Estado revirtió años de lento progreso hacia la democracia en Myanmar, tras cinco décadas de gobierno militar. Se produjo el 1 de febrero, el mismo día en que debía entrar en funciones un Parlamento recién elegido. El partido de la destituida líder Aung San Suu Kyi habría dirigido ese gobierno, pero en su lugar fue detenida junto con el presidente Win Myint y otros altos funcionarios.
Desde la toma de posesión, ha crecido un movimiento de protestas en ciudades de todo el país, y la respuesta de la junta se ha vuelto cada vez más violenta.
La ONU dijo tener “información creíble” de que al menos 18 personas murieron y 30 resultaron heridas en todo Myanmar el domingo.
Con Deborah Castellano Lubov