Los obispos en Mozambique han expresado su preocupación por los efectos de una tormenta tropical que está azotando el país. Así ha informado una nota de la fundación pontificia de Ayuda a la Iglesia Necesitada difundida el 28 de enero del 2022 donde ha indicado que esta situación ha hecho aún más difícil la vida de la población, especialmente de los cientos de miles de desplazados internos de las regiones nororientales de Cabo Delgado, Nampula y Zambézia.
La tormenta tropical, llamada Ana, golpeó Mozambique en la madrugada del lunes 24 de enero causando muchos daños, con un reporte de 14 muertos. Se teme que el norte del país se lleve la peor parte, incluyendo el agitado Cabo Delgado, donde una insurgencia yihadista ha matado a miles de personas y obligado a cientos de miles a huir de sus hogares en los últimos cuatro años. Actualmente, hay más de 830.000 desplazados internos en las provincias de Cabo Delgado, Niassa, Nampula, Zambézia y Sofala.
Monseñor Alberto Vera, obispo de Nacala, en la costa de Cabo Delgado, en un mensaje a la fundación internacional Aid to the Church in Need (ACN) declaraba que: “todos rezamos para que Dios nos ahorre otra gran catástrofe, en la que siempre son los pobres los que más sufren”.
Nampula también ha quedado muy afectada. El obispo, monseñor Inácio Saure, habla de lluvias incesantes y de un escenario especialmente preocupante en la costa. Cientos de casas han sido destruidas en la región de Nampula, las escuelas, los centros de salud y las redes eléctricas también necesitan ser reparadas, dijo el prelado a ACN.
Por su parte, monseñor Hilário Massinga, obispo de Quelimane, afirma que aunque la tormenta no llegó a tierra firme hasta el día 24, fue precedida por dos días de fuertes lluvias. “Los ríos se desbordaron y arrastraron todo, incluyendo personas, casas y otros bienes”. La comunicación con las zonas más afectadas es difícil, muchos distritos están completamente incomunicados, por lo que muchos de los daños están aún por determinar. “Las carreteras están inundadas, en otros casos los árboles se han derrumbado sobre ellas o sobre las casas. Muchas casas están en ruinas. Se supone que los seminaristas deberían volver al seminario estos días, pero al menos seis están aislados y no han conseguido un transporte seguro a la capital, Maputo”.
La preocupación de los líderes religiosos es comprensible, debido a los efectos de las tormentas tropicales en este país en años anteriores. En enero de 2021, el ciclón Eloise dejó 12 personas muertas y afectó a casi 300 mil. En el 2018 y el 2019, los ciclones Idai y Kenneth causaron la muerte de cientos de personas, dejando un rastro de destrucción a su paso.
ACN tiene varios proyectos que apoyan a los desplazados internos en Mozambique. En Cabo Delgado, la fundación internacional apoya iniciativas de integración social y ofrece asistencia espiritual a los desplazados. En las diócesis de Nacala y Nampula, ACN apoya una iniciativa de apoyo psicosocial para que los desplazados internos puedan afrontar con mayor resiliencia los retos a los que se enfrentan como víctimas de la guerra.
En la diócesis de Quelimane, donde se han refugiado cientos de personas que huyen de la provincia de Cabo Delgado, el apoyo de ACN permite a los trabajadores de la diócesis distribuir a 500 familias desplazadas, alimentos, productos de higiene, semillas y pequeñas herramientas para cultivar los campos. Se ha financiado un proyecto similar para la diócesis de Lichinga, que recientemente se ha visto también afectada por crueles ataques yihadistas.