“Necesitamos no sólo una estructura nueva, sino una mentalidad nueva”, afirma monseñor Jorge Eduardo Lozano, secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), al referirse a los avances del proceso de renovación y reestructuración que se viene adelantando en este organismo de comunión episcopal durante los últimos dos años.
En entrevista con ADN CELAM, sistema informativo de este organismo eclesial, el también arzobispo de Cuyo en Argentina, habló de este tiempo de transformación al interior del CELAM como una oportunidad para la revisión que dentro de sus primeros resultados, propuso una nueva estructura que fue aprobada por los miembros de la asamblea ordinaria en mayo.
Proceso que ahora debe iniciar su fase de implementación, afianzando la nueva propuesta de trabajo y llevando adelante los diferentes programas pastorales que hacen parte de la misión del Consejo Episcopal; teniendo en cuenta que durante los últimos años solo se adelantaron algunas actividades agendadas previamente.
Un horizonte por descubrir
Si bien el proceso de renovación y reestructuración del CELAM, ha de sentirse en cambios prácticos, para Monseñor Lozano lo más importante es que todo esto nos ayude a amar más a Jesucristo y a servir con mayor eficiencia a la Iglesia de América Latina y el Caribe; porque en su opinión una estructura se puede modificar con facilidad, mientras que el cambio de mentalidad lleva más tiempo.
En este sentido, habló del trabajo que se está adelantando para lograr ese cambio efectivo de mentalidad, proceso que no solo depende del CELAM, sino del trabajo articulado con otras organizaciones que buscan fomentar la práctica del trabajo en red para abordar temas coyunturales y que constituyen desafíos pastorales para la Iglesia del continente; como es el caso del Pacto Educativo Global o la presencia de la mujer en la Iglesia, entre muchos otros que permitirían responder al llamado del Papa Francisco consignado en diferentes sueños que se pueden conocer en la exhortación postsinodal Querida Amazonía.
Ya estamos en Asamblea
Refiriéndose a la Asamblea Eclesial como parte de la agenda inmediata del Consejo Episcopal, monseñor Jorge Eduardo Lozano, explicó que en realidad ya estamos en asamblea, porque del 21 al 28 de noviembre se realizará el encuentro de los delegados a esta actividad, porque en la fase del proceso de escucha donde se motivan una gran cantidad de propuestas de las comunidades, se recogen los acentos e inquietudes de los creyentes es ahí donde se vive la asamblea que luego provocará un gran proceso de discernimiento.
Asimismo, aclaró que el proceso de escucha no es lo mismo que adelantar una encuesta de opinión, por el contrario, se trata de un espacio de reflexión que debe motivar la redacción de un documento con las propuestas para seguir trabajando con los aportes a las instrucciones pastorales, interpretando los signos de los tiempos y percibiendo en la voz del pueblo, la voz de Dios que actúa por acción del Espíritu Santo.
Invitación de Aparecida
A 14 años de la V Conferencia General del Episcopado en Aparecida monseñor Lozano aseguró que dentro de los temas en los que se debe insistir está la conversión pastoral, para ofrecer una mejor respuesta a Dios, asumiendo su mandato misionero que debe vivirse como un anhelo, un deseo constante de permitir que la vida esté marcada por el discipulado misionero. Propuesta a la que se hayan muy adheridos destacados latinoamericanos que han comprendido que la elección para participar en un dicasterio de la Santa Sede, o en una comisión metodológica de un sínodo además de entenderse como un reconocimiento al mundo latino no representan espacios de poder sino de servicio.
Desafíos
Finalmente, monseñor Jorge Eduardo Lozano indicó que dentro de los principales desafíos que impiden a la Iglesia vivir la sinodalidad están la comodidad, la pereza y el clericalismo, actitudes preocupantes ante las que debemos ponernos en movimiento sin esperar a vivir el momento perfecto o cumplir una gran cantidad de requisitos para asumir con valentía las situaciones que la realidad nos va presentando y que debemos enfrentar con la determinación propia de los misioneros.
