En torno a las 10 de la mañana en Chipre, las 9 en Roma, de hoy, 3 de diciembre de 2021, el Papa Francisco ha presidido la Misa en el Estadio GSP de Nicosia, en presencia de unas 10.000 personas. Esta es la primera y única Eucaristía que el Santo Padre celebra en este país, primera parada de su 35º viaje apostólico. Mañana, partirá para Grecia, segunda y última nación de destino.
El estadio de la Asociación Gimnástica Panchipriota (GSP), también conocido como estadio Neo GSP, es un estadio de fútbol. Se encuentra en Strovolos, en el distrito de Nicosia. Es el estadio más grande de Chipre y tiene una capacidad de unos 22.000 espectadores. Se inauguró el 6 de octubre de 1999 y sustituyó al antiguo sustituyó al antiguo estadio del SPG, que existía desde 1902 y tenía capacidad para 12.000 espectadores.
Este viernes se ha celebrado la Eucaristía en memoria de san Francisco Javier, presbítero, en latín. Al principio de la misma, ha tenido lugar un breve saludo de bienvenida al Papa de Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, patriarca de los Latinos de Jerusalén.
Palabras del patriarca de los Latinos de Jerusalén
El patriarca ha hablado sobre cómo en la primera proclamación del Evangelio, Chipre desempeñó “un papel de primera importancia”. Gracias a este pueblo, “se inauguró el anuncio del Evangelio a los paganos y así el Evangelio traspasó todas las fronteras culturales y religiosas, llegando a las periferias del mundo antiguo (cf. Hechos 11:20). Un levita chipriota, José, llamado ’Bernabé’, conduce a Pablo hasta los Apóstoles y actúa como su garante (cf. Hch 9,27). Desde los inicios del cristianismo, por tanto, “Chipre ha sido un lugar de creatividad del Evangelio, de evangelización e inculturación, un lugar de encuentro, diálogo y aceptación de la Buena Nueva, sinónimo de superación de las fronteras étnicas, culturales y religiosas”.
Asimismo, resalta que, en 1291, “Chipre acogió a las comunidades religiosas que habían huido de Tierra Santa, especialmente a los franciscanos” y comparte las heridas de Europa y Oriente Medio “heridas que son políticas, militares” y también “divisiones religiosas”. Por otra parte, apuntó que Nicosia, es la última capital europea que presenta un muro de división “una herida profunda en la isla”. Asimismo, el patriarca Pizzaballa agradece a la Iglesia Ortodoxa que en este país “da muestras de gran apertura y amistad hacia nuestra Iglesia, permitiéndonos incluso celebrar nuestra Eucaristía en sus iglesias”.
En efecto, “esta pequeña isla, aunque herida por tantas divisiones, también trae consigo luz y esperanza: la armonía entre las Iglesias, la acogida y la integración”, ya que es imposible distinguir entre los que son chipriotas y los que no lo son, personas de los orígenes más diversos forman una sola comunidad. Todo esto, sostiene, “nos hace creer que la reconciliación en Cristo es posible, que el Kyrios puede superar nuestros miedos, que puede atravesar las puertas de nuestros cenáculos cerrados y decir: ‘¡La paz sea con vosotros!’”.
Lecturas, homilía, oración de los fieles y ofrendas
La lectura (Is 29, 17-24: Ese día los ojos de los ciegos verán) y el Evangelio (Mt 9, 27-31: Jesus cura a dos ciegos que creen en Él) fueron leídos en griego. En su homilía, Francisco ha propuesto los 3 pasos del encuentro de los dos ciegos del Evangelio con Jesús que “en este camino de adviento, pueden ayudarnos a acoger al Señor que viene”: Ir a Jesús para sanar, llevar las heridas juntos y anunciar el Evangelio con alegría.
En este sentido, el Papa destacó que “es hermoso verlos y percibir que viven con alegría el anuncio liberador del Evangelio: les agradezco por esto. No se trata de proselitismo, sino de testimonio; no es moralismo que juzga, sino misericordia que abraza; no se trata de culto exterior, sino de amor vivido. Los animo a seguir adelante en este camino”.
La oración de los fieles ha sido pronunciada en italiano, griego, inglés, tagalo y árabe y las ofrendas han sido llevadas por varias personas, entre ellas una madre con sus pequeñas y un matrimonio con su hija.
Agradecimiento al Santo Padre y regalos a la Iglesia local
Al final de la Misa, Mons. Selim Jean Sfeir, arzobispo de Chipre de los maronitas, dirigió unas palabras de agradecimiento al Santo Padre: “Le agradecemos de todo corazón su presencia entre nosotros, y deseamos que nuestro ‘gracias’ llegue a Dios, porque en las palabras que nos ha dirigido hemos reconocido la voz del Buen Pastor”.
El arzobispo de Chipre y el patriarca Pizzaballa saludaron después al Obispo de Roma, que les entregó un cáliz a cada uno.
Palabras de Francisco al final de la Misa
En su saludo final, el Pontífice expresó: “Soy yo el que desea agradecerles a todos ustedes. Mañana por la mañana, al despedirme de este país, tendré la oportunidad de saludar al señor presidente de la República, aquí presente, pero ya desde ahora deseo expresar de corazón mi gratitud a todos por la acogida y el afecto que me han brindado. ¡Gracias!”
“Aquí en Chipre estoy respirando un poco de esa atmósfera típica de Tierra Santa, donde la antigüedad y la variedad de las tradiciones cristianas enriquecen al peregrino. Esto me hace bien, y hace bien encontrar comunidades de creyentes que viven el presente con esperanza, abiertas al futuro, y que comparten este horizonte con los más necesitados. Pienso particularmente en los migrantes que buscan una vida mejor, con los que tendré mi último encuentro en esta isla, junto a los hermanos y hermanas de diversas confesiones cristianas”, añadió.
“Gracias a todos los que han colaborado en esta visita. Recen por mí. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los proteja. Efcharistó! [¡Gracias!]”, concluyó Francisco.