México se considera uno de los países más violentos y peligrosos del planeta. Según el más reciente Informe del Observatorio Nacional Ciudadano sobre incidencia criminal en México, durante el primer semestre de 2023 se registraron en el país 15.560 víctimas de homicidio intencional, de las cuales el 70,2% fueron asesinadas con armas de fuego. Este delito ha aumentado un 52% durante la administración del actual presidente mexicano.
Por otra parte, la crisis de desapariciones en México es preocupante. Del 1 de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2023, 43.119 personas fueron reportadas como desaparecidas y no localizadas. La impunidad y la falta de justicia para las familias de las víctimas aumentan el dolor y la angustia en medio de la crisis. La violencia doméstica también ha alcanzado niveles sin precedentes. Durante el primer semestre de 2023, se registró una tasa semestral récord de violencia doméstica con dos carpetas de investigación abiertas cada minuto.
La Iglesia tampoco se libra de la violencia. En los últimos dos años, cinco sacerdotes han sido asesinados. La última víctima, Javier García Villafaña, fue asesinada en el estado de Michoacán cuando iba a celebrar misa. La víspera, el arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz Jiménez, escapó por poco de un intento de asesinato en su catedral. Un mes después, dos catequistas fueron asesinadas por hombres armados cuando se dirigían a una procesión eucarística en el estado de Oaxaca.
Diálogo Nacional por la Paz
Ante la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para combatir el crimen y proteger a la población, Ia Iglesia coordinó los trabajos en conjunto con la sociedad civil para realizar 1002 conversatorios, 50 foros de paz nacionales y el análisis de 298 prácticas exitosas para lograr la paz. Las movilizaciones, a nivel nacional, después de los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, en México fueron el detonante para que la Iglesia tomara la iniciativa.
Posterior a estos encuentros los obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Religiosos de México (CEM), la Compañía de Jesús y la Comisión Episcopal de Laicos organizaron del 21 al 23 de septiembre un Diálogo nacional por la Paz, apoyado por la fundación Aid to the Church in Need (ACN).
En total 1300 personas participaron diariamente en este proyecto y se escucharon las voces de empresarios, migrantes, indígenas, académicos, campesinos, madres de desaparecidos y público en general.
En una entrevista con la fundación ACN, monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la CEM afirmó que la Iglesia católica mexicana ha jugado un papel protagónico en el Diálogo Nacional por la Paz para organizar diferentes grupos y propiciar el encuentro ecuménico con judíos, budistas, musulmanes, evangélicos y pentecostales, así como agentes policiales y miembros del gobierno que pueden influir para acabar con la violencia en México.
Las víctimas no están solas
Monseñor Ramón Castro, quien además es obispo de Cuernavaca – diócesis que registra uno de los más altos niveles de violencia – considera que es posible la paz en México y que la Iglesia está contribuyendo a poner una fundamentación firme para lograrlo: “Estamos trabajando desde el dolor de las víctimas, queremos expresarles que no están solos, que en México hay suficiente energía, generosidad e inteligencia para transformar nuestra realidad y superar esta oscura etapa que ya nos ha hecho suficiente daño a todos”.
El Diálogo Nacional concluyó con la firma de un documento, el Acuerdo Ciudadano por la Paz en México, elaborado por especialistas en el cual se llama a erradicar la indiferencia y la violencia, a promover acciones que permitan implementar en todos los lugares. Por ejemplo, con la creación de la Red Nacional de Paz para impulsar la implementación de una Agenda Nacional de Paz en los diferentes sectores de la sociedad. “No solo decimos ¡basta ya!, sino ¡este es el momento de actuar!”, dice el acuerdo.
Gracias a la generosidad de los benefactores de ACN
El obispo agradeció, durante la entrevista, expresamente el apoyo dado por la fundación ACN para hacer posible el encuentro del Diálogo Nacional por la Paz. “No podemos perder la esperanza de ser artesanos de paz, no debemos dejarnos vencer por el mal, somos más los que queremos el bien. Debemos hacer eco a lo que el papa Francisco dijo en México: no acostumbrarnos a la violencia, porque se va perdiendo la sensibilidad al dolor, a toda la criminalidad y eso es lo peor para el corazón humano”, subrayó Mons. Castro.
Julieta Appendini, directora de ACN en México, afirmó que el apoyo al Diálogo Nacional por la Paz ha sido una manera concreta de contribuir a la construcción de la paz en México y de unirse con fe y esperanza a la suma de voluntades y la generosidad de muchos. “ACN seguirá ayudando a la Iglesia en México en los procesos de construcción de paz”, afirmó Appendini.