Monseñor Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), pidió a las autoridades de Monterrey que actúen con celeridad para resolver las consecuencias de la sequía que afecta el norte de México. Esta situación ha ocasionando, entre otras dificultades, el desabastecimiento de agua para la población, informa una nota de ADN CELAM, sistema informativo del Consejo del Episcopado Latinoamericano (CELAM).
Al término de la celebración del Miércoles de Ceniza el arzobispo de Monterrey sostuvo el primer encuentro con los medios de comunicación tras dos años de pandemia. Durante su intervención se refirió a dos de las mayores problemáticas que afectan al estado de Nuevo León: la sequía y el recrudecimiento de la violencia.
Conciencia y acciones eficaces
Sobre las altas temperaturas producto del rigor de la naturaleza y el cambio climático, el purpurado instó a las autoridades a convocar con rapidez a las personas idóneas desde lo académico y lo práctico para lograr una solución, teniendo en cuenta que se trata de un problema histórico que debe abordarse con responsabilidad y que de mantenerse podría afectar los territorios vecinos de Tamaulipas y Potosí.
“Si no hay agua, no hay vida, no hay convivencia, los ciudadanos tienen problemas, las empresas también tienen que reducir su producción y esto para nada es bueno entre nosotros”, afirmó el prelado.
Por eso, alentó a las autoridades a buscar una solución para esta crisis. Igualmente animó a los ciudadanos a ahorrar el agua entendiendo que esa es una forma eficaz de aportar a la solución del problema. Sin olvidar que la causa de fondo es el deterioro ecológico del estado, por lo que los grupos organizados y preparados para estas problemáticas deben hacer propuestas para ayudar a mejorar la situación en opinión del arzobispo.
Respondiendo a la emergencia
Este 1 de marzo la Asociación de Ferreteros y Tlapaleros de Nuevo León informó que desde el pasado mes de diciembre a la fecha, han comprado un millón de tanques para el almacenamiento de agua en las casas. Sin embargo, la sequía extrema dejó sin agua a los habitantes de la zona metropolitana de Nuevo León. En algunas casas empiezan los procesos necesarios para reciclar el agua; por ejemplo, el agua destinada para bañarse, luego es usada para lavar la ropa y mantener limpios los baños.
Por otra parte, la presión del agua ha disminuido por lo menos un 25%, afectando a los edificios que en los pisos más altos carecen del líquido vital. De la misma forma se ha invitado a los dueños de piscinas para que se abstengan de usarlas en este tiempo, mientras se inicia el proceso de construcción de 24 pozos y la rehabilitación de otros 30 por parte de la Comisión Estatal del Agua con el fin de responder a la emergencia.
La ley: Mecanismo para contener la violencia
Por otra parte Monseñor Cabrera habló del recrudecimiento de la violencia como una preocupación de todos. Al respecto recordó que cada ciudadano y cada familia tiene la misión de formar para la paz y cuidar para que no se genere más violencia y que los jóvenes, no se sumen a los hechos de violencia callejera o aquella que existe y persiste en las ciudades de México, hasta el punto de llegar a su normalización.
Si bien el arzobispo reconoce que la autoridad tiene límites y no lo puede hacer todo, les solicitó que hagan todo lo posible para contener la violencia que en los últimos días se ha disparado en el estado de Nuevo León. Para el arzobispo es absolutamente necesario que en las colonias y barrios de las ciudades mexicanas se respire un ambiente de tranquilidad, por lo que no se deben ahorrar esfuerzos en la implementación de mecanismos que ayuden a evitar la violencia.
Así, es necesario animar a los habitantes del Estado a preservar la paz social para evitar la llegada del hambre y por ende de la muerte. “Hay que aplicar el derecho, hay que aplicar la ley y desde luego, hay que usar la inteligencia para resolver esto que está llegando a cosas ilimitadas como lo hemos escuchado a nivel nacional”, expuso.
Finalmente, el también responsable del Comité de Asuntos Económicos del CELAM, se sumó a la invitación del Papa Francisco a orar y ayunar por la paz en Ucrania, asumiendo que un problema entre dos países no termina ahí, por el contrario, termina afectando a todo el mundo porque además de problemas de convivencia genera efectos económicos y razón tiene el Papa Francisco al decirnos que la guerra nunca es una solución, la guerra es un problema de problemas.