Mandato a los párrocos
Tengo algo que pediros a vosotros que habéis venido aquí en representación de los párrocos de todo el mundo: necesitamos vuestra ayuda para seguir escuchando la voz de los párrocos de cara a la Segunda Sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos. Este encuentro fue muy importante, pero no suficiente: debemos hacer más si queremos incorporar un mayor número de sacerdotes al dinamismo sinodal. Y esto no lo pueden hacer sólo la Secretaría General del Sínodo y los Dicasterios de la Curia Romana que organizaron este encuentro.
Por eso os pido hoy que, una vez en casa, os volváis misioneros de la sinodalidad con vuestros hermanos párrocos: animando la reflexión sobre la renovación del ministerio párroco en clave sinodal y misionera, promoviendo momentos de conversación en el Espíritu entre párrocos, presencialmente o en línea, aprovechando la oportunidad de alguna reunión ya organizada, u organizando una expresamente. Y luego os pido que informéis a la Secretaría del Sínodo de los frutos de estos encuentros, siguiendo las instrucciones que os serán dadas. Cuando volváis a casa, hablad de esta idea con vuestros obispos y con las Conferencias Episcopales, y diles también que es una tarea que os ha encomendado el Papa.
Por mi parte, he escrito una carta a todos los párrocos del mundo para informarles de esta iniciativa y presentaros como misioneros de la sinodalidad entre ellos. Ahora lo firmaré y luego se les entregará una copia a cada uno de ustedes, para que la distribuyan una vez que regresen a casa.
Gracias por su colaboración. Yo os acompañaré con mi oración y vosotros también no olvidéis orar por mí.
FRANCISCO
(2 de mayo de 2024), 08.05.2024