Los Museos Vaticanos celebran a Canova

Una nueva sala dedicada al gran escultor veneciano, una instalación inmersiva que reconstruye su estudio romano, un viaje que serpentea por las galerías a las que su nombre está especialmente vinculado. Los Museos Vaticanos rinden homenaje a Antonio Canova al final del año dedicado al artista más célebre del neoclasicismo, con motivo del 200 aniversario de su muerte en Venecia el 13 de octubre de 1822.

El lado humano de Canova

“Queremos homenajear no sólo al sublime escultor sino también a la figura decisiva para los Museos Vaticanos, tanto por su labor de gestión como por el papel que desempeñó en la protección de lo antiguo, con el crecimiento de las colecciones y con la recuperación de las obras traídas. Francia por Napoleón tras su caída y el Congreso de Viena», explicó la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, durante la presentación de la exposición. ¿Quién quiso subrayar en particular el lado humano de Canova, la «cortesía y la bondad de espíritu» con la que gestionó los años turbulentos de la época napoleónica, pero también la «renuncia a los ingresos de 3.000 escudos que le garantizaban el título de marqués de Ischia di Castro a favor de la Accademia di San Luca y Lincei para ayudar a los artistas que no tenían medios».

El homenaje original de los Museos Vaticanos

Jatta explicó que las celebraciones de Canova llegaron tarde por una serie de coincidencias pero que los Museos Vaticanos encontraron la manera de rendirle homenaje de una manera original. Una exposición temporal en la Pinacoteca de los Museos Vaticanos, que finalizará el 31 de enero, ilustra las técnicas de Canova y reconstruye el estudio romano del escultor. Como explicó Alessandra Rodolfo, comisaria de la exposición, ésta documenta «el entorno en el que trabajó Canova». Se trataba de un estudio en una posición estratégica, cerca del puerto de Ripetta, de Legnara y del centro de salud del hospital San Giacomo. Canova compró un local que renovó creando grandes espacios, el agua del Tíber le ayudó en la conservación de la arcilla y además había un horno, mucho más antiguo, al menos del siglo XVI, recientemente redescubierto en el que el escultor cocía el fuego. bocetos”.

En la zona existe actualmente una galería de arte abierta al público. Al lado se encuentra el estudio del maestro Luigi Ontani, que donó para la exposición una ronda de cerámica que reproduce el perfil de Canova.

Se abre el salón de damas

Pero la principal novedad la representa la apertura de la Sala delle Ladies, hasta ahora inaccesible al público. Se trata de un ambiente no muy grande pero particularmente rico, empezando por el techo pintado por Guido Reni, que representa Pentecostés, la Transfiguración y la Ascensión al cielo, que ahora está dedicado permanentemente a Canova.

“Encontramos muchos bocetos que no conocíamos, los restauramos y pensamos exponerlos en la Sala delle Dame, que es una joya arquitectónica, con los frescos de Reni y las paredes en un espíritu estrictamente neoclásico”, volvió a decir Rodolfo. Fue Paolo V Borghese quien quiso la sala como acceso a los jardines que tanto amaba y a las fuentes monumentales.

El minucioso trabajo de los Museos Vaticanos

“Fue un trabajo sinérgico muy importante”, reiteraron Jatta y Rodolfo, rindiendo homenaje a todo el plantel de colaboradores. En particular, la restauración de algunos bustos encontrados en condiciones precarias duró de 2010 a 2019. Además, la sala, ya rica en sí misma, requirió precauciones particulares para su instalación y finalmente se decidió utilizar bases transparentes sobre estantes rojos. El trabajo con la luz también estuvo muy cuidado porque «Canova quería que envolviera las obras y lo volvimos a proponer así».

Las obras expuestas tienen una temática sacra, procedente del legado del cardenal Plácido Zurla, amigo de Gregorio XVI. Entre otros, además del busto de Pío VII, el boceto de la «Religión Católica», preparado para una imponente estatua de 7,5 metros destinada a la Basílica de San Pedro pero nunca construida, así como el boceto en yeso de otra obra que no llegó a construirse. ver la luz, el “Lamento sobre el Cuerpo de Cristo”.

Finalmente, para completar el homenaje de los Museos Vaticanos a Canova, se publicará un volumen, probablemente en enero, «para profundizar – concluyó Rodolfo – en lo que hemos intentado hacer».