El padre Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy, 23 de abril de 2023, titulado “Lo reconocieron al partir el pan”.
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El Evangelio de hoy nos invita a contemplar la hermosa historia de los discípulos de Emaús, que una preciosa catequesis para que nosotros aprendamos a creer que el Señor vive y está presente entre nosotros.
Los discípulos están decepcionados: tienen una crisis de fe por el escándalo de la cruz; una crisis porque no se han cumplido sus expectativas, su proyecto. Caminan tristes, taciturnos, sin esperanza, pensando que todo ha fracasado con la muerte de Jesucristo en la Cruz.
Y es que todavía no se han encontrado con el Resucitado. Y, lógicamente, sólo el encuentro con el Resucitado puede dar sentido al escándalo de la cruz.
Y el Evangelio quiere ayudarnos a descubrir algunas cosas importantes:
Ojo con los desencantos. Con vivir atrapados por los propios proyectos, con las propias expectativas que, al no cumplirse, nos llevan a vivir tantas veces frustrados, tristes, desencantados. Deja que el Señor te sorprenda: mis caminos no son vuestros caminos… (cf. Is 55).
No te puedes alejar de Jerusalén, es decir, de la Iglesia, de la comunidad cristiana. Y menos en los momentos de crisis. Es especialmente en la dificultad cuando más necesitas la cercanía de los hermanos. Dios no te ha creado para la soledad, sino para la relación, la comunión y la donación. No podemos tener a Dios por Padre si no tenemos a la Iglesia por Madre (S. Cipriano). Donde dos o tres están reunidos en mi nombre…
¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? No estás solo. El Señor camina contigo. Está en medio de tu vida, de tu cruz, de tus sufrimientos. Si no lo ves, ¡llámalo! ¡Invócalo! Dile: Señor, ¡quiero verte! Pide el Espíritu Santo.
Lo habían reconocido al partir el pan. En la escucha confiada de la Palabra de Dios y en la Eucaristía se alimenta la Iglesia en su peregrinar hacia el cielo. El acoger confiadamente la Palabra te abre los ojos, para poder ver al Resucitado.
¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? ¿Qué conversación hay hoy en tu corazón?
Si en ti vive el Resucitado y acoges el don de su Espíritu, vivirás como el hombre del Salmo: Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente… por eso se me alegra el corazón… y mi carne descansa serena, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
Si no, ya sabes: ¡vuelve a Jerusalén!, ¡escucha la Palabra!, ¡invoca al Señor!, ¡vive la Eucaristía! Si crees, ¡verás la gloria de Dios!
¡Ven, Espíritu Santo!