Edistio Camere, Especialista en Liderazgo y Dirección educativa, ofrece este artículo de opinión en 5 puntos, lo que la izquierda no acepta.
1. En las relaciones interpersonales, el uso de adjetivos que califican – hacia abajo –privilegia lo accidental, dejando en la penumbra lo sustancial y valioso del interlocutor. Por encima del lugar de nacimiento, de la edad, de la raza, de la ocupación, de la filiación política o ideológica … nos topamos con una realidad indiscutible: la persona. Cada quien tiene pensamientos, sentimientos, deseos, percepciones e ilusiones, gustos, y un nutrido etc., sin embargo, que cada quien los tenga y que además sean originales, no enerva que las facultades o disposiciones: inteligencia, voluntad, libertad, “el corazón” y los sentidos que los originan sean atributos de las personas.
2. Una orquesta con distintos instrumentos tiene un propósito: vehicular la cultura musical. En efecto, un piano, un clarinete o un violín son diferentes entre sí, pero no como un absolutamente otro. ¿Qué los asemeja? Que son instrumentos, capaces de expresar la sensibilidad con armonía. Si el violín, el piano y el oboe pueden manifestar el esplendor musical, pero con diferentes registros melódicos, ¿por qué el piano pretende erigirse como el patrón de lo “bello” y obligar al resto a renunciar a su propio modo de manifestar belleza? Argumentos, ninguno; de capricho, voluntarismo y prepotencia, mucha. Los socialismos, los sectarismos y tribalistas suelen excluir a los que no tocan como ellos.
3. Si ganar o perder forma parte de la andadura de cualquier equipo de fútbol, ¿Qué es lo peor que le puede suceder? Que vaya a contramano de su naturaleza: que no quiera jugar; que se haga autogoles; que cada uno juegue por libre… Por eso, el esfuerzo del líder debe centrarse en la formación de cada jugador y en la unidad del equipo. A la unidad no se llega renunciando a la singularidad ni exacerbando las individualidades, se llega encaminando talentos y voluntades hacia valores que den sentido e ilusión al juego del equipo.
4. La sociedad no delinque. Es la persona quien lo hace porque tiene inteligencia para conocer la verdad, voluntad para querer y libertad para autodeterminarse. También tiene limitaciones y defectos, al punto que, decidido a obrar en un sentido, termina actuando a contrapelo. Con todo, las conductas son personales: no se emiten monocordes ni en serie. La generalización afecta la reputación y genera un clima que desanima a quien – en las mismas condiciones – se porta bien. Agraviar a una institución como sancionar a muchos por faltas de algunos, fomenta la irresponsabilidad y, en las autoridades, el devaneo.
5. El koi es un pescado japonés que se desarrolla en función del tamaño y características de un recipiente. En una pecera pequeña, sólo crece seis centímetros de largo. En un estanque, puede llegar a crecer hasta 45 centímetros. En un lago llega a ser plenamente un koi. Un componente del desarrollo depende del propósito, del esfuerzo y de las alternativas aprovechadas; el otro va a depender de los espacios, de las oportunidades, de los medios y de las libertades que promuevan los gobiernos; en suma, la promoción del bien común.