El Papa Francisco expresa su profundo dolor y solidaridad por el violento terremoto en Marruecos, que hasta el momento se ha cobrado unas 820 vidas y ha causado más de 600 heridos.
En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin, el Pontífice expresa su comunión de oración con quienes han sufrido la pérdida de seres queridos y hogares.
Reza por los difuntos, por la curación de los heridos y por el consuelo de los afectados. El Papa ofrece también su apoyo a las autoridades civiles y a los equipos de rescate, invocando la bendición divina como signo de consuelo. Mientras aumenta el número de muertos, se ha lanzado un llamamiento para que se realicen donaciones urgentes de sangre en el país.
Además de oraciones y apoyo moral, el Vaticano suele hacer donaciones económicas a través de organizaciones benéficas católicas para ayudar a las víctimas de catástrofes naturales. En este caso concreto, el artículo menciona que la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) aportó 300.000 euros del fondo 8×1000 como «forma de ayuda inmediata».
La Iglesia católica suele desempeñar un papel activo en la ayuda humanitaria y la respuesta a las catástrofes naturales en todo el mundo, proporcionando apoyo espiritual y material a las comunidades afectadas.