Queridos Mamá y Papá,
En estos momentos en que la vida se mueve rápidamente y las obligaciones diarias parecen consumir cada minuto, me siento impulsado a detenerme y expresar algo que he estado sintiendo profundamente. Quiero agradeceros desde el fondo de mi corazón por todas las enseñanzas valiosas que me habéis transmitido a lo largo de los años. Aunque a menudo estáis ocupados con el trabajo y otras responsabilidades, el impacto de vuestras acciones y valores ha sido innegables en mi vida y las de mis hermanos.
Admiración y Cuidado de lo Pequeño
Desde que era pequeño, me enseñasteis a apreciar las cosas pequeñas, cada detalle. Recuerdo cómo siempre os deteníais para admirar la belleza en lo cotidiano, desde un dibujo hecho con ceras hasta una sonrisa o unos ojos iluminados de alguno de mis hermanos pequeños. Esta atención al detalle me ha enseñado a no dar por sentadas las pequeñas bendiciones de la vida. Me habéis enseñado que la verdadera belleza y valor se encuentran en lo más simple, y esto ha enriquecido mi perspectiva y apreciación por el mundo que me rodea.
Servicio a los Demás
Uno de los mayores legados que me habéis dejado es el valor del servicio. Aunque vuestros días están llenos de trabajo y compromisos, nunca dejasteis que esto os impidiera ayudar a los demás. Vuestra disposición a servir y a ser generosos con vuestro tiempo y recursos me ha inspirado a hacer lo mismo. Me habéis enseñado que servir a los demás es una forma de vivir plenamente y contribuir positivamente a la sociedad.
Ambición por Aprender
Vuestro amor por el aprendizaje y la educación ha sido una de las principales fuerzas motivadoras en mi vida. Vosotros siempre habéis buscado oportunidades para aprender y crecer, y esto ha sembrado en mí una ambición por seguir aprendiendo y expandiendo mis conocimientos. Me habéis enseñado que el aprendizaje no se detiene nunca, y esta mentalidad me ha llevado a buscar siempre mejorar y superar mis propios límites.
Aprovechamiento del Tiempo
El manejo eficiente del tiempo es otra lección importante. A pesar de vuestras ocupadas agendas, siempre lograsteis equilibrar el trabajo con el tiempo en familia y la atención a vuestras responsabilidades. Este ejemplo me ha ayudado a valorar el tiempo y a utilizarlo de manera productiva, priorizando lo que realmente importa y asegurando que cada día cuente, que cada día sirva, que cada día haga algo que ayude a los demás a acercarse a Dios.
Trabajo Bien Hecho Ofrecido a Dios
Finalmente, el valor que le dais al trabajo bien hecho y cómo lo ofrecéis a Dios ha sido la lección fundamental. Me enseñasteis que el trabajo no es solo una obligación, sino una oportunidad para glorificar a Dios a través de vuestras acciones. Vuestra ética de trabajo y la manera en que buscais hacer las cosas con excelencia y dedicación me han guiado en mi propio camino, recordándome siempre la importancia de ofrecer lo mejor de uno mismo en todo lo que hacemos.
A pesar de que vuestros días están llenos de ocupaciones, cada una de estas enseñanzas ha sido una brújula que me guía y me inspira a diario. Gracias por ser el ejemplo que necesitaba, por vuestro amor incondicional, y por todo lo que me habéis dado. Vuestro esfuerzo y dedicación no han pasado desapercibidos, y estoy profundamente agradecido por todo lo que habéis hecho y continuáis haciendo por mí, por mis hermanos, por la familia.
Con todo mi amor y gratitud,
Vuestro hijo