La Sabiduría de las Familias Buenas

Sabiduría, inteligencia, fortaleza y humildad

Pexels . Votsis Panagiotis

En el segundo Encuentro de Influencers Católicos: Evangelizando el «Continente Digital», Mar Dorrio compartió reflexiones profundas sobre lo que hace que una familia sea verdaderamente buena. Inspirada por «Ana Karenina», Mar exploró las características que distinguen a las familias que saben vivir en armonía y sabiduría.

La Sabiduría Familiar

Mar describe a las familias buenas como aquellas que saben dónde están los verdaderos tesoros y no se preocupan por trivialidades. Estas familias tienen la capacidad de aconsejar sabiamente y son valoradas por quienes las rodean.

Inteligencia y Realidad

Las familias buenas no se dejan llevar por relatos victimistas. En lugar de eso, enfrentan la realidad con inteligencia, buscando siempre mejorar su situación. Un ejemplo de esto es cómo abordan los desafíos diarios sin caer en el victimismo.

Fortaleza y Exigencia

Una familia sabia entiende lo que es verdaderamente bueno y malo. Mar compartió un ejemplo sobre la gestión del uso del móvil en adolescentes, subrayando la importancia de tener claros los límites para proteger a los hijos.

Humildad y Ayuda

Estas familias también saben cuándo pedir ayuda. Reconocen que no pueden hacerlo todo solos y están dispuestas a buscar apoyo cuando es necesario. Esta humildad es una de las claves de su fortaleza.

La Importancia del Espíritu Santo

Mar destacó la importancia de estar en gracia de Dios para escuchar al Espíritu Santo. Comparó esta gracia con tener «las entradas del cielo en el bolsillo», lo cual permite una guía clara y constante en la vida diaria.

Anécdotas y Reflexiones

Mar compartió varias anécdotas personales que ilustran cómo el Espíritu Santo la ha guiado en situaciones difíciles. Una de ellas fue sobre su hija adolescente y el desafío de establecer límites con amor y sabiduría.

Anécdota del Espíritu Santo y el Vestuario de su Hija

Una de las historias más impactantes que Mar compartió fue sobre su hija adolescente y su vestuario. Su hija había preparado un conjunto para ir al instituto y le preguntó a Mar si le parecía que estaba guapa. Mar le dijo que sí, pero comentó que la falda era un poco corta. Esto provocó una reacción de ira en su hija, quien se defendió diciendo que Mar también había llevado minifalda en su juventud.


Esa noche, Mar pidió ayuda al Espíritu Santo para manejar la situación de manera adecuada. Al día siguiente, se acercó a su hija, la abrazó y le preguntó si le gustaban los bizcochos que ella hacía. Sorprendida, su hija respondió que sí. Entonces, Mar le preguntó si prefería la receta antigua, que a veces no salía bien, o la receta nueva, que siempre quedaba perfecta. Su hija entendió el mensaje sin necesidad de más explicaciones: la experiencia y la sabiduría eran valiosas y aplicables también al tema del vestuario.

Esta anécdota demuestra cómo el Espíritu Santo puede proporcionar la sabiduría y las palabras adecuadas para manejar situaciones difíciles en la crianza de los hijos.

La Familia como Refugio

Las familias buenas crean hogares donde el amor y la generosidad prevalecen sobre la justicia estricta. En estos hogares, cada miembro se siente valorado y querido, lo que fomenta un ambiente de paz y crecimiento personal.

La Fuerza del Ejemplo

Mar enfatizó que vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios no solo beneficia a la familia, sino que también sirve de ejemplo para la sociedad. Las buenas familias son faros de esperanza y estabilidad en un mundo a menudo caótico.

Educación y Formación

La educación en estas familias se centra en valores sólidos. Mar explicó cómo la sabiduría y la piedad se enseñan y se viven en el día a día, preparando a los hijos para enfrentar la vida con una autoestima alta y una fuerte moral.

Las familias buenas son aquellas que viven de acuerdo con los principios de sabiduría, inteligencia, fortaleza y humildad. Este enfoque no solo crea hogares felices y sanos, sino que también prepara a los hijos para vivir sin miedo y con una alta autoestima. Mar nos invita a reflexionar sobre nuestras propias familias y a esforzarnos por vivir de acuerdo con estos principios para construir un hogar verdaderamente feliz y sabio.