La Navidad: Una Oportunidad para Sanar Nuestra Humanidad

Las 3 E de la Navidad: Encarnación, Encanto y Escucha

Esta miniserie navideña titulada Las 3 E de la Navidad, vamos a dirigir tres miradas a la Navidad. En primer lugar, Encarnación, donde explicaremos el contenido de fe de esta fiesta. En segundo lugar, Encanto, donde estudiaremos la influencia de la modernidad y la postmodernidad en la Navidad. Finalmente, Escucha, donde formularemos algunas propuestas para recuperar la capacidad contemplativa.

Después de explorar en los capítulos anteriores el contenido de fe en la Navidad y el influjo de la modernidad y la postmodernidad en nuestra percepción de esta fiesta, este capítulo final aborda la oportunidad que supone la Navidad, y concretamente el Belén, para sanar una profunda herida antropológica: nuestra incapacidad para contemplar.

La Crisis Contemplativa de la Postmodernidad

Vivimos en una era donde la obligación de producir y comunicar continuamente dificulta la pausa contemplativa. Esta crisis no solo es religiosa, sino también de atención. Adorar y contemplar requieren una entrega de tiempo y atención, algo que cada vez estamos menos dispuestos a ofrecer en un mundo que valora la eficiencia y la productividad por encima de todo.

La postmodernidad ha reaccionado contra los excesos de la modernidad, sacrificando realidades valiosas en aras del progreso. Sin embargo, hemos mantenido la actitud de dominio característica de la modernidad, enfocada ahora en la comodidad y el placer inmediatos. La era digital inserta la realidad en un torrente de información y comunicación que fragmenta el tiempo y la atención, dejando todo gris, frío y vacío.

El Belén como Espacio de Contemplación

La Navidad, y en particular el Belén, nos ofrece una oportunidad única para recuperar nuestra capacidad contemplativa. La representación del nacimiento de Cristo nos invita a una pausa, a una mirada reposada que nos permita dialogar con la realidad y vivir una vida verdaderamente buena.


El Belén puede despertar en nosotros tres momentos clave de resonancia:

  1. Apertura y Escucha: Requiere una entrega de tiempo y atención, similar a la adoración. Esta actitud nos permite recibir el mensaje del Belén con el corazón abierto.
  2. Conexión: Es el momento en que nos vemos afectados por algo inaudito y distinto a lo habitual. Puede ser un momento de escándalo o deslumbramiento, donde el misterio del Belén nos cautiva y marca profundamente.
  3. Comunicación y Transformación: La conexión con el Belén nos transforma, cambiando nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. Nos lleva a un estado de ánimo distinto y a pensamientos nuevos, permitiendo que el misterio de la Navidad nos hable y nos transforme.

La actitud de dominio y la aceleración tecnológica de nuestra era nos han llevado a una crisis de amor y a la propagación de las adicciones. Sin embargo, la Navidad nos recuerda que estamos diseñados para una vida excéntrica, abierta a todo lo que nos rodea. La contemplación del Belén nos invita a redescubrir el amor, la capacidad de recibir y aceptar, y la apertura a la trascendencia.

Te invito a que leas de nuevo la escena del nacimiento, mires el Belén o leas a San Lucas 2:1-20 con una disposición de apertura total. Deja que el misterio de la Navidad te transmita su mensaje, permitiendo que la resonancia transforme tu vida.