La comunicación es parte fundamental de la vida del ser humano, por ello Aristóteles se refiere al hombre como el Ser del logos, «Palabra/razón», este es un ser social el cual desarrolla lenguajes, tanto verbal directo o mediado.
El ser humano por naturaleza es un ser social y debido a ello nace la comunicación, esto le permite trasmitir un mensaje y darse a entender por los otros sujetos. El hombre es un ser relacional, el cual está en constante comunicación con su entorno, consigo mismo y con Dios; de esta manera podemos encontrar sentido, a la evolución de la comunicación dedicada, y su impacto en la sociedad actual, como lo escribe Giavanni Sartori en su libro el Homo Videns, donde explica cómo se pasó del homo Sapiens al hombre de la pantalla.
El hombre cuando se siente solo, busca entrar en contacto con otro; debido a ello, las redes sociales han cobrado gran popularidad, en la sociedad y en especial en el ambiente juvenil. En ese sentido puede decirse que los medios de comunicación son un puente que une y comunica a muchos en la web; sin embargo, es un océano en el cual se pierden los que al navegar sin brújula, caen en el abismo virtual que crea una brecha en las comunicaciones interpersonales, impidiendo la sana comunicación real entre las personas que rodean al cibernauta, que acumula relaciones virtuales pero que despersonalizan al individuo real.
El uso de las tecnologías no tiene un valor moral, de bueno o malo, sin embargo el uso incorrecto, puede dañar la vida de las personas, por ello es que se nos pide a los comunicadores evangelizar las redes sociales, ya que estos son lugares llenos de humanidad[1], mediante el uso de las tecnologías, las comunicaciones se han vuelto más eficaces, la velocidad con que se transmite un mensaje ha aumentado gracias ella. Hoy cualquier dispositivo móvil cuenta con la tecnología para poder conectarse al internet con gran facilidad y hacer uso de las redes sociales.
La Naturaleza y Misión de la Iglesia es el anunciar el Evangelio, (Mt 28,19-20, Lc 24,47-48, Mc 16,15), el para San Pablo VI, lo recordó en la carta encíclica Evangelii Nunciandi (20), en cuanto que hay que evangelizar las culturas, y en este S. XXI es la cultura digital, esto “suponen todo un desafío para quienes desean hablar de verdad y de valores.”[2]
Luego de haber vivido la cris de la Pandemia Covid 19, esto permitió evidenciar el impacto positivo, que genero el poder transmitir, de la forma más sencilla, las transmisiones de las Misas en linea, los mensajes del Santo Padre, la llamada a la Oración, esto genero un impacto mediático, en el cual se hacia el llamado a virilizar el amor, donde el mayor peligro para el mundo es la indiferencia, en un mundo tan acelerado, da como consecuencia un mundo frío y solitario, en el que la identidad del sujeto se pierde en la masa, convirtiéndose en uno más. Dicho sujeto tiene sed de reconocimiento, ya que ni él mismo sabe quién es, por ello necesita crea un perfil para tomar una identidad, muchas veces alejada de la realidad, proyectando una imagen distorsionada, cumpliendo parámetros impuestos por la sociedad.
En una cultura light, donde el hombre moderno, es un ser superfluo, dando como resultado un sujeto sin consistencia, sin una base fuerte que le dé soporte a su ser.
Además, se ve influenciado por el marketing comercial que bombardea a cada instante con tanta publicidad, y esto obstaculiza el poder asimilar con buen criterio toda la información.
El Papa Francisco ilumina desde el Evangelio de Cristo, estos hechos y denuncia los efectos de la globalización de la exclusión y de la indiferencia, e invita a la globalización de la esperanza[3], frente a la cultura del descarte, el papa propone la cultura del encuentro[4].
El fenómeno de las redes sociales y ahora la Inteligencia Artificial ya es parte de nuestra cultura. Y a hora el reto que nos corresponde es el de llevar a estos espacio el anuncio de la buena nueva de cristo, teniendo claridad identidad de la Iglesia, cuando se valorizan bien y de manera equilibrada, favorecen formas de diálogo y de debate que, llevadas a cabo con respeto, salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana»[5] .
Walter Alfredo Garcia Roquel, Exalumno De La Academia Internacional De Líderes Católicos
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[1] Cfr. Papa Francisco, Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro, JMCCSS 2014
[2] Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización. Papa Benedicto XVI, JMCCSS 2013
[3] Francisco, II Encuentro Mundial de Los Movimientos Populares, Bolivia 2015
[4] Cf. Ibid
[5] Benedicto XVI, “Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización” , Mensaje de la 47ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales