El padre Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy, 18 de diciembre de 2022 titulado “Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David”.
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Para poder celebrar la Navidad como Dios manda, la Iglesia nos propone en este último Domingo de Adviento el ejemplo de la Virgen María y de San José. La Virgen María ha podido recibir a Jesús porque estaba preparada, y nosotros sólo podremos recibir a Jesús si estamos preparados como María.
¿Cómo nos preparamos? En primer lugar, con un verdadero deseo de que venga Jesús; abriéndonos a la acción del Espíritu Santo y eliminando los obstáculos que haya en nuestro corazón que impiden la venida de Jesús: el pecado, la soberbia, el orgullo, la autosuficiencia, la falta de humildad, el egoísmo…
También es importante que -en medio del ruido de la sociedad- tengamos una actitud de escucha de la Palabra de Dios, dejándola penetrar y actuar en tu corazón; y de docilidad al Espíritu Santo, dejando que Él conduzca tu vida.
La Palabra de Dios hoy nos enseña que los humildes son los que encuentran a Dios. Nos lo ha recordado también el Salmo: ¿Quién puede subir al monte del Señor?… El hombre de manos inocentes y puro corazón… Ese recibirá la bendición del Señor.
María es la humilde servidora del Señor. La pequeña, la que es sencilla y está abierta a Dios. María se convierte así en un modelo para nosotros en este final del Adviento: ella recibe a Dios por su humildad, porque le acepta sin condiciones, porque está dispuesta a aceptar y cumplir su voluntad, porque sabe que Él es el Señor y ella la sierva, Él es el Maestro y ella la discípula.
Destaca también el especial el silencio de san José, que era un hombre justo. ¿Qué significa ser justo? El salmo 1 nos lo explica: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor. Su silencio no manifiesta un vacío interior, sino, al contrario, la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía su vida.
Por eso, la Palabra de Dios te invita hoy a tener un corazón humilde, sencillo y contemplativo, como María y José, a abrir tu corazón sin reservas a Dios que ya llega, a no ponerle condiciones. Sólo los humildes encontrarán a Dios. Dios habla sólo a los que son pobres de espíritu, a los humildes y sencillos que acuden a Él porque se sienten necesitados de Él. Sólo los humildes pueden tener fe.
¿Cómo está tu corazón? ¿Estás preparado ya para recibir al Señor que llega? ¿Está tu corazón limpio de todo obstáculo? ¿Tienes ganas de que Jesús esté en tu corazón y lo llene? ¡Anímate! ¡No caigas en la trampa que la sociedad materialista te pone!
¡Pide el don del Espíritu Santo! Deja que Él te prepare un corazón sencillo y humilde como el de María y el de José y así puedas recibir al Señor! ¡Encontrarás la paz, la alegría y la felicidad que sólo el Señor te puede dar!
¡Ánimo! ¡No te dejes robar la Navidad! Porque llega el Enmanuel, “Dios con nosotros”. Él Señor quiere entrar en tu corazón. ¡Ábrelo de par en par! ¡Déjate llenar por Él!