El sacerdote y doctor en Filosofía José María Montiu ofrece este artículo sobre la proposición de ley en España que intenta criminalizar a los voluntarios provida que se acercan a las clínicas de aborto para hablar con las madres.
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“Quaedam rationis ordinatio ad bonum commune, et ab eo qui curam communitatis habet promulgata”. Esto es, una ley es una disposición de la razón, enderezada al bien común, y promulgada por aquel que tiene el cuidado de la comunidad. Pero, todo aquello que fuese contrario al bien común y a lo que, sin embargo, se le diera el nombre de ley, de ley sólo tendría el nombre, un nombre usurpado, mientras que, en realidad, sería sólo violencia.
Hay vida humana desde el momento de la concepción, que es el mismo instante de la fecundación. El aborto suprime la vida de una persona, concebida y aún no nacida, la cual posee la misma dignidad humana que el hombre adulto. Así pues, todo lo que favorezca el aborto, aunque se le llame ley, en realidad sólo es violencia.
El peor mal que se puede hacer a una persona no es privarle de algo, sino privarle de todo. Pero, la vida es la base de todo. Luego, privar a alguien de la vida es lo peor, ya que es privarle de todo. Así pues, siendo el aborto matar a una persona, es el mayor mal que se le puede hacer. Luego, nunca puede haber derecho al aborto, porque nunca puede haber derecho a hacer el mayor mal. Siendo la vida la base de todo bien de todo ser humano, lo que hay es derecho a la vida.
Los abortorios son mataderos de personas humanas. Se trata de un negocio que, asesinando a bebés aún no nacidos, obtiene muchos millones de euros.
Todos hablan de libertad. Pero, por libertad entienden cosas muy distintas, incluso cosas opuestas. En realidad, sólo merece el nombre de verdadera libertad lo que es libertad para el bien. No merece llamarse libertad lo que se denomina libertad para favorecer el mal. No hay verdadera libertad para abortar. La cual, no es uso de la libertad, sería abuso de la libertad, falsa libertad, libertad sólo de nombre, usurpación del nombre de libertad.
El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) ha presentado una proposición de ley, con la cual el próximo 25 de junio de 2021 intentará modificar el código penal español, según el contenido siguiente: “el que hostigue o coarte la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, promoviendo, favoreciendo o participando en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos, causando un menoscabo en la libertad o intimidad de ésta, será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días”.
Esta proposición de ley lo que pretende es blindar los abortorios, optimizar estos negocios, estos mataderos de seres humanos. Para ello lo que hace es tanto impedir que haya vigilias de oración ante los abortorios como que se dé la presencia de rescatadores, esto es, de aquellos que pueden convencer de no abortar a mujeres que se dirigían hacia abortorios. No es necesario probar, porque es absurdo demostrar lo evidente, que no es lo mismo “rescatadores” que “acosadores”. Pero, la antedicha proposición de ley cae en la absurdidad de tener a los “rescatadores” por “acosadores”.
En particular, los de Ambulancia Vida son considerados acosadores de las que se dirigen hacia los abortorios. Pero, ¿pueden, éstos, ser considerados acosadores? No.
La Ambulancia Vida lo que hace es ofrecer a estas mujeres, de modo gratuito, una ecografía voluntaria, que les permita escuchar el latido del corazón de su bebé aún no nacido. Nótese que no fuerzan, sino que la que pensaba abortar se hace o no la ecografía, según le de la real gana. Si se hace la ecografía es porque en el uso de su libertad, voluntariamente, quiere hacérsela. Y, si quiere hacérsela, los de Ambulancia Vida no son nadie para impedirle que se la haga. Por esto, se la hacen. ¿Cómo puede llamarse coartar su voluntad dejársela hacer porque a ella misma le da la real gana hacérsela? Hacer lo que quiero, libremente, no es ser coartado, que sería no hacerlo libremente. Pues, sino, “ser libre” sería “no ser libre”. Resultando entonces, que “A” es lo mismo que “no A”, que una cosa es lo mismo que su negación. Es decir, es evidente, que estos rescatadores no son coartadores.
Además, escuchar el latido del bebé, así como tener la ecografía imprimida, la foto, si lo desean, no es nada más que conocer algo meramente fáctico, lo que las cosas son, lo que se impone a toda inteligencia como meramente recibido de la realidad, sin contener en sí mismo ni siquiera el más mínimo juicio moral. De tal modo que, tanto para el mayor de los anti-abortistas como para el mayor de los abortistas, lo que contiene la ecografía es algo que pertenece a la región de los hechos, y que como hecho no puede sino ser aceptado. Impedir a las personas que puedan tener la libertad de poder conocer los meros datos de observación es esconderles la realidad, es ir contra la actual visión científica de las cosas, es volver a oscuros tiempos pre-científicos. Hay ideologías que son completamente ciegas.
Otra cosa es que el buen pensador a partir de los hechos sea capaz de pensar, y, por lo tanto, de darse cuenta de que allí hay un ser humano vivo concebido aún no nacido, y, realice el consiguiente juicio moral. Pero que pueda deducir esto nada quita a que lo que ha tenido ante sus ojos ha consistido en meros datos de observación, cosas dadas, meramente científicas, objetivas, ¡esto y sólo esto, y nada más que esto! Como hay muchas mujeres inteligentes, la Ambulancia Vida, mostrándoles las ecografías que han querido hacerse, ha logrado que se hicieran conscientes que dentro de sí llevaban algo precioso, su bebé, salvando así en pocos años cerca de mil vidas humanas y evitando, además, tantos sufrimientos dramáticos de tantas mujeres.
Además, que absurdo es que a una cosa como rezar se le llame acoso.
La antedicha irracional proposición de ley pretende criminalizar a los provida, en particular a los de Ambulancia Vida, previendo penas de cárcel para ellos, que pueden ser de un año.