Los buscadores en internet reflejan nuestras preocupaciones en tiempo real. Durante la Navidad, muchas personas buscan soluciones para su vida mediante palabras clave como recetas, regalos y decoración. Sin embargo, cuando llega el verano, las búsquedas más frecuentes incluyen términos como hidratación, conciliación y organización de maletas. A continuación, te hablo de estas palabras tan buscadas en verano, porque he descubierto que lo mejor para la conciliación y la hidratación está relacionado con las maletas.
Cuando menciono la hidratación, no me refiero a bebidas refrescantes como el gazpacho o la sandía. Se trata de la hidratación a la que hacía referencia el Papa Francisco al invitarnos a beber del pozo de la oración. Con esta agua espiritual, todo fluye mejor: la conciliación, el tiempo para descansar, y el tiempo para cuidar de tu pareja. Es natural que te preguntes: «¿Pero cuándo hago oración?» Ahora, precisamente cuando parece que no tienes tiempo para nada, es crucial encontrar ese tiempo para la oración.
Te lo explicaré con el ejemplo de una maleta. Esta semana escuché a un experto en organización decir que en una maleta ordenada caben muchas más cosas. Lo mismo ocurre en nuestra vida: cuanto más ordenada está, más cosas podemos hacer.
También podremos incluir nuestra hidratación espiritual. No caigas en la tentación de pensar que es una pérdida de tiempo. No estás retrocediendo, estás tomando impulso. Si en algún momento necesitamos esta hidratación espiritual es ahora: cuando los niños dependen de nosotros las 24 horas, cuando se aburren y se pelean más, cuando los adolescentes comienzan a salir y las rutinas se alteran.
Al hidratar el alma con la oración, no solo contamos con nuestra inteligencia, experiencia y recursos para organizar nuestra vida de la mejor manera posible. También contamos con la ayuda divina, una guía con infinita experiencia. Esto nos ayudará a conciliar mejor y nos dará recomendaciones que no habríamos pensado por nosotros mismos, permitiéndonos sentir que tenemos el control de nuestra vida. Por el contrario, si pasamos el verano sin esta hidratación espiritual, nos veremos apagando fuegos imprevistos.
El tiempo que dediques siempre será recompensado, ya sean 5, 7 o 10 minutos. Mi propuesta: ¿qué te parece media hora? ¿Cuándo? Cuanto antes, mejor: antes de que los niños se despierten. Sé que madrugar no es lo más apetecible en vacaciones, pero siempre compensa. Esta práctica te proporcionará un agua espiritual única que hidrata el alma.
Practica la cuenta atrás. Este término, que leí en un manual de organización del hogar, sugiere que, si necesitas estar a una hora determinada en algún lugar, debes calcular el tiempo necesario para prepararte y despertarte con antelación. Si quieres estar a las 12:00 en la playa, con la casa y la comida lista, y con el alma bien hidratada, calcula a qué hora necesitas levantarte.
Es fácil perder media hora con el móvil. Esos minutos se escapan como granos de arena. Sería una gran inversión dedicar ese tiempo a hidratarnos espiritualmente.
Enfrentar las olas de calor siempre viene acompañado del consejo de usar protección solar. Desde aquí, no podemos ser menos. Después de hidratar cuerpo y alma,sólo nos queda proteger la piel de toda la familia, mejor si es con crema de factor 50, y proteger también el alma de todos los nuestros con el factor 50 que proporciona cada una de las avemarías del santo rosario.
Con esta hidratación y protección, descansaremos más y mejor a pesar de tener menos tiempo, y disfrutaremos más conscientemente de las vacaciones de verano. Y en la maleta de tu vida, gracias a la hidratación espiritual, al final del verano encontrarás espacio para muchos buenos propósitos.