El 16 de marzo de 2022 ha tenido lugar un encuentro telemático entre el Papa Francisco y Su Santidad Kirill, patriarca de Moscú y de toda Rusia para hablar sobre la guerra en Ucrania.
Efectivamente, tal y como ha informado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni en un comunicado, la conversación se centró en la guerra en Ucrania y el papel de los cristianos y sus pastores en hacer todo lo posible para que prevalezca la paz.
El Santo Padre agradeció al patriarca este encuentro, motivado por el deseo de indicar, como pastores de su pueblo, un camino hacia la paz, para orar por el don de la paz, para que cese el fuego. “La Iglesia -coincidió Francisco con el patriarca- no debe utilizar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús”.
“Somos pastores de un mismo Pueblo Santo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios: por eso debemos unirnos en el esfuerzo de ayudar a la paz, de ayudar a los que sufren, de buscar caminos de paz, para detener el fuego”.
Ambos líderes religiosos subrayaron la excepcional importancia del proceso de negociación en curso porque, señaló el Pontífice: “Quien paga la cuenta de la guerra es el pueblo, son los soldados rusos y es el pueblo el que es bombardeado y muere”.
“Como pastores –prosiguió el Papa– tenemos el deber de estar cerca y ayudar a todas las personas que sufren la guerra. Hubo un tiempo en que también en nuestras Iglesias se hablaba de guerra santa o guerra justa. Hoy no podemos hablar así Se desarrolla la conciencia cristiana de la importancia de la paz”.
Y, coincidiendo con el patriarca en que “las Iglesias están llamadas a contribuir al fortalecimiento de la paz y la justicia”, concluyó el Pontífice: “Las guerras son siempre injustas. Porque el que paga es el pueblo de Dios, nuestro corazón no puede dejar de llorar frente a los niños, las mujeres asesinadas, todas las víctimas de la guerra. La guerra nunca es el camino. El Espíritu que nos une nos pide como pastores ayudar a los pueblos que sufren la guerra”.
La conversación tuvo lugar casi al mismo tiempo que la celebración de la Misa por la Paz presidida por el cardenal Pietro Parolin.
