Los obispos de Guatemala están preocupados ante la creciente violencia especialmente “en y entre los municipios de Nahualá y Santa Catarina lxtahuacán, Sololá”, indica la Conferencia Episcopal de Guatemala en un comunicado difundido el 8 de enero del 2022.
El Episcopado guatemalteco ha expuesto su “enorme preocupación ante el desborde de violencia que ha provocado ya numerosas muertes, principalmente de pobladores locales, entre los cuales niños, mujeres y personas inocentes que solamente buscaban honradamente el sustento de sus familias, así como también de miembros de las fuerzas del orden público que han sido asesinados”. Por eso, han pedido a Dios “que conceda el descanso eterno a los difuntos y dé fortaleza a sus familiares”.
“La violencia sólo engendra más violencia”
Los obispos manifiestan “su indignación por el uso de la violencia como método para alcanzar los propios objetivos”. “La violencia sólo engendra más violencia”. “También hoy, Dios reclama por la sangre inocente derramada: ‘Caín ¿Dónde está tu hermano Abel?’ (Gn 4,9)”. Por ello, continúan, “en la medida en que haya crimen organizado tras los sucesos debe ser desenmascarado, capturado, enjuiciado y condenado”.
Asimismo, el Episcopado hace un llamado “a todos los pobladores de estos pueblos hermanos y especialmente a sus líderes reconocidos para que busquen medios pacíficos y conforme a la ley para argumentar posiciones o salvaguardar derechos”. “Los hechos violentos vuelven indefendibles las perspectivas de quienes consideran tener razones válidas para defender sus derechos y demandas”, añaden.
Una apuesta por los mecanismos de diálogo
Los prelados sostienen “que los mecanismos de diálogo deben seguir siendo los canales fundamentales para la resolución de la problemática que ha generado la polarización y la conflictividad”. Por ello instan a las autoridades nacionales y locales “a no cesar en la búsqueda de las soluciones que desactiven la violencia” ya que “la historia nos enseña que el abandono de los problemas no resuelve los problemas”.
Finalmente, como pastores de la Iglesia, realizan un nuevo llamamiento, en este caso, “a las comunidades, a los agentes de pastoral y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a orar y trabajar por la paz, recordando las palabras del Señor Jesús: ‘Dichosos los que trabajan por la paz porque El los aceptará como sus hijos’” (Mt 5,9)”.