Los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) emitieron un mensaje tras reunirse en Asamblea plenaria del 7 al 11 de febrero de 2022, en el que vieron “la realidad de país” y reflexionaron sobre “la misión de la Iglesia” en este mismo contexto. A través de 11 puntos, los prelados disciernen sobre el bien común, la justicia social, el diálogo por la paz, el trabajo y la vivienda, la infancia y la juventud, la sinodalidad y la dimensión política.
Bien común y desigualdad
El Episcopado guatemalteco hacen un llamamiento a “trabajar por el bien común, anunciar a Dios presente y actuante entre nosotros y denunciar la falta de compromiso y la indiferencia que hacen que todo lo que se opone al Reino de Dios”, haciendo frente a la “exclusión, explotación y persecución”.
Siguiente esta línea, muestra su solidaridad con los más afectados por la pandemia y “los otros males que nos aquejan”, así como su dolor por “la desigualdad social, el manejo deficiente de los recursos y la rampante corrupción”. Igualmente, destacan a la gente que supera los obstáculos y busca salir adelante, por lo que alientan a “los responsables primeros del bien común y a todos a seguir haciendo lo que sea posible para construir una Guatemala mejor”.
Política, caridad y paz
Los obispos de Guatemala invitan a los políticos a “trabajar incansablemente por una arquitectura legal y por una administración de justicia que responda a las necesidades de la población y al respeto de los derechos humanos para todos”, y aclaran la urgencia de “acelerar con honestidad la elección de magistrados y de Fiscal General y cumplir con los plazos para su designación”, así como la necesidad de “legisladores que fortalezcan un sistema de justicia que retome leyes olvidadas y exigidas por la Constitución de la República”.
“Los procesos de postulación de candidatos requieren de la participación de los mejores profesionales, dispuestos a arriesgarse, por amor a Guatemala y por la búsqueda de la justicia. Se demanda de los miembros de las comisiones que actúen con independencia y profesionalismo recordando que las consecuencias de la impunidad son graves y que la no aplicación de la ley y la justicia provoca más violencia”, argumentan.
Cerrando este apartado, hacen énfasis en “construir la paz a través de un diálogo verdadero y fructífero en nuestro país que retome los Acuerdos de Paz, uno de los mejores frutos del pasado reciente, pero aún pendientes de total aplicación. Muchas expectativas se han frustrado por no haberles dado cabal cumplimiento”.
Justicia social
LA CEG también incide en que es testigo de que “la pandemia ha agudizado problemas que ya veníamos arrastrando de años anteriores: el olvido de la atención para disminuir la desnutrición infantil, la falta de oportunidades y recursos para incrementar el desarrollo en el área rural, el desempleo, emigración e inmigración”.
“Los niveles de trabajo, salud, vivienda y bienestar humano básico son bajísimos para la mayoría. Merece especial atención el sector de la niñez y juventud, el porcentaje más alto de nuestra población que no supera los 24 años”, añade.
Sinodalidad
Concluyendo su mensaje, los prelados exhortan a “unir recursos, medios y esfuerzos para que podamos cumplir nuestra misión evangelizadora”, y mirar hacia el futuro de la Iglesia en el país para “encontrar formas más actuales de vivir y transmitir la fe, que nos permitan construir caminos y puentes para las futuras generaciones”.
Por último, citan al Papa Francisco para decir que “el camino de la paz, que san Pablo VI denominó con el nuevo nombre de desarrollo integral, permanece desafortunadamente alejado de la vida real de muchos hombres y mujeres y, por tanto, de la familia humana, que está totalmente interconectada… Como en el tiempo de los antiguos profetas, el clamor de los pobres y de la tierra sigue elevándose hoy, implorando justicia y paz”.
