Grecia: El Papa visita a los refugiados en Lesbos

Centro de Recepción e identificación en Mitilene

Papa visita refugiados Lesbos
Visita al Centro de Recepción e Identificación en Mitilene, Grecia, 4 dic. 2021 © Vatican Media

Hoy, 5 de diciembre de 2021, 4ª jornada del 35º viaje apostólico del Papa Francisco, se ha trasladado a Lesbos, Grecia, para hacer una visita a los refugiados. Tras dejar la Nunciatura Apostólica, se trasladó en coche al Aeropuerto Internacional de Atenas, desde donde, a las 9:33 horas (8:33 hora de Roma), partió a bordo de un A320 de Aegean hacia Mitilene, Lesbos.

Papa visita refugiados LesbosLa isla de Lesbos (en griego: Λέσβος), también conocida como Mitilene, nombre de su capital, es la mayor isla del noreste del Egeo y la tercera de Grecia y cuenta con 114.880 habitantes. Está situada frente a la península de Anatolia.

A su llegada al aeropuerto de Mitilene, el el Santo Padre fue recibido por la presidenta de la República Helénica, Katerina Sakellaropoulou, y el ordinario de la diócesis, Mons. Josif Printezis. A continuación, se dirigió al Centro de Recepción e Identificación en Mitilene para visitar a los refugiados.

Centro de recepción e identificación en Mitilene

Esta es la zona de recepción de refugiados en Mitilene. Sustituye al Centro de Acogida e Identificación de Mória, más conocido como Campo de Refugiados de Mória, o simplemente “Mória”, que fue el mayor campo de refugiados de Europa hasta septiembre de 2020, cuando fue destruido por un incendio.

Este se encontraba en las afueras de la aldea de Mória, cerca de Mitilene, y fue allí donde el Papa Francisco visitó el 16 de abril de 2016. La nueva zona equipada de Mitilene es llamada por los griegos “Mória 2.0” y acoge a miles de personas.

En torno 10:45 horas (9:45 hora de Roma) el Santo Padre entró al campamento y se dirigió al lugar donde tiene lugar el encuentro con los refugiados, al que asisten unas 200 personas. Por el camino ha ido saludando y deteniéndose con ellos. Tras el canto de apertura, el vicedirector del centro, y la presidenta de la República helénica pronunciaron unas palabras de bienvenida.

Palabas del obispo de Naxos-Tinos

El obispo de Naxos-Tinos, Mons. Joseph Printezis, ofreció unas palabras de saludo a Francisco: “Su presencia aquí también fortalece nuestra pequeña comunidad católica en la isla”. El obispo agradeció la preocupación por los migrantes y refugiados y las sociedades locales “que han soportado esta carga desproporcionada de la afluencia de migrantes”.

Papa visita refugiados LesbosEn 2016, recuerda, “usted había elogiado a los habitantes de Lesbos por su humanidad y apertura de corazón hacia los refugiados que acabaron en las costas de nuestra isla. Nos sentimos honrados por este reconocimiento y se lo agradecemos”.

Las palabras del Papa, continúa, ofrece consuelo “a los perseguidos y fortalece a los buenos samaritanos de esta isla y de todo lugar que los acoja”. En Lesbos y en las demás islas griegas, “los refugiados han encontrado cristianos, ortodoxos y católicos, dispuestos a apoyarles en su sufrimiento”.

Por otro lado, remarcó que Caritas Hellas, organización caritativa de la Iglesia local, desde el primer momento de la crisis de los refugiados, “ha prestado especial atención a sus necesidades  tratado de escuchar su pasado, ayudarles en su situación actual y apoyarles en los pasos a su futuro”. También ahora, que muchos de los refugiados ya no se encuentran en este centro, “Cáritas Hellas sigue acompañándolos en su integración en la sociedad griega o en otros países.

Por último, Mons. Printezis destaca que el interés del Pontífice por la migración y los refugiados “sensibiliza a las autoridades y a los que trabajan para llevar estos para salir del estancamiento” y le agradece “que se haya convertido en la voz de los sin voz. La suya es la voz de la paz”: “Le agradecemos que nos recuerdes que en el rostro de cada refugiado estamos llamados a ver el rostro de Cristo”, concluyó.

Testimonio de Christian, refugiado

Christian Tango Mukalya, refugiado de la República Democrática del Congo ha dado su testimonio. Este padre de familia, con 3 hijos, narra que llegó a Grecia, a Lesbos, en 2020. Dos de los niños están con él, el otro está con su madre, no tiene noticias de ninguno de ellos.


En primer lugar, Cristian expresó su gratitud al Sucesor de Pedro por su “paternal preocupación y el espíritu de humanidad” hacia ellos “sus hijos emigrantes y refugiados, actualmente en Lesbos, Grecia, y en todo el mundo”. Al mismo tiempo, agradece al Gobierno y al pueblo de Grecia “el espíritu humanitario con el que me han acogido, dándome paz, cobijo y las necesidades de la vida, a pesar de algunas dificultades”.

También se refirió a la parroquia católica de Lesbos “que me ha apoyado con cariño” en la que reza al Señor: “Confié nuestros momentos difíciles a Dios. Con la fuerza de la oración y la intercesión de la Virgen María, nuestra Madre y Madre de la Iglesia, pude superar las dificultades encontrado en mi vida como refugiado”, comparte.

Tango se habló igualmente de las “enormes” dificultades a las que se ha enfrentado, que gracias a Dios ha superdado: “Rezamos para que estas dificultades mías y de todos mis hermanos refugiados sean superadas”, para que puedan tener “un lugar seguro para el futuro de nuestras familias y especialmente para nuestros hijos que necesitan una buena educación”.

Len Meachim, miembro de la comunidad católica

Papa visita refugiados LesbosLen Meachim, voluntario y miembro de la comunidad católica de Lesbos, por su parte, expuso que el Papa Francisco “inspira y da fuerza a aquellos de nosotros, de todos los credos y de ninguno, que compartimos su posición”.

Y contó que los miembros su comunidad católica estuvieron junto a otras personas de esta isla en sus costas para ayudar “a los que habían hecho el viaje, a menudo peligroso, desde Turquía”. Un hombre les dijo “que la mano amistosa tendida en señal de bienvenida significaba para él más que la comida y la ropa seca que le dimos”.

Más tarde, continúa, “pudimos extender esta mano de acogida a los solicitantes de asilo cristianos, en su mayoría procedentes de África Occidental” que acudieron a su parroquia: “Creo que hemos sido bendecidos por su presencia. Nuestros hermanos y hermanas trajeron una vida renovada a nuestra comunidad, y no sólo en términos de números”.

“La fuerza de su fe y su esperanza, a pesar de los sufrimientos de su pasado y de su presente, a pesar de su angustiosa incertidumbre sobre el futuro, ha sido un ejemplo para nosotros”. Ellos “han enriquecido nuestro culto con su alegría, su entusiasmo, su vitalidad juvenil y su ansiosa participación”.

Finalmente, resaltó que los solicitantes de asilo llegan a Lesbos “con la esperanza de una nueva vida, una vida que merezca ser vivida”. Estas personas, “amigos” eventualmente “nos dejan a nosotros y a esta isla, continuando su viaje. Es mi profunda esperanza que una mano de amistad se extienda hacia ellos y los apoye cuando lleguen a su destino final, su ‘tierra prometida”. Mi experiencia personal me lleva a una firme creencia, la creencia de que tienen tanto que ofrecernos como nosotros tenemos que ofrecerles”, concluyó.

Discurso del Santo Padre

A continuación, se escuchó un canto preparado por un grupo de refugiados y el Obispo de Roma pronunció su discurso. “Estoy nuevamente aquí para encontrarme con ustedes; estoy aquí para decirles que estoy cerca de ustedes; estoy aquí para ver sus rostros, para mirarlos a los ojos: ojos cargados de miedo y de esperanza, ojos que han visto la violencia y la pobreza, ojos surcados por demasiadas lágrimas”, dijo a los refugiados.

Además, insistió en que el migratorio “es un problema del mundo”, una crisis humanitaria “que concierne a todos”. La pandemia, prosigue, “nos ha afectado globalmente, nos ha hecho sentir a todos en la misma barca, nos ha hecho experimentar lo que significa tener los mismos miedos. Hemos comprendido que las grandes cuestiones se afrontan juntos, porque en el mundo de hoy las soluciones fragmentadas son inadecuadas”.

Regalo para Francisco

Papa visita refugiados LesbosAl final de la alocución de Francisco, se rezó el Ángelus. 2 niñas ofrecieron un regalo al Papa, una especie de diario que habla de sus experiencias y deseos para el futuro, y conversaron con él. Otros niños pequeños se acercaron a saludar al Pontífice. Acto seguido, el Sucesor de Pedro habló con algunos refugiados y visitó sus habitaciones.

Por último, Su Santidad se trasladó en coche al aeropuerto de Mitilene y, se despidió del obispo y de las autoridades presentes y embarcó en el vuelo A320neo de Aegean y regresó a Atenas. A su llegada al aeropuerto ateniense, regresará a la Nunciatura Apostólica, donde tendrá el almuerzo privado.