A los latinoamericanos, obispos incluidos, se les ilumina el rostro y les canta melodías de amor el corazón al hablar de la Virgen de Guadalupe. “Guadalupe encarna la religiosidad popular que apuesta por el mestizaje, porque encarna el abrazo entre la cultura de los pueblos indígenas y la procedente de España”, explicó el cardenal Aguiar, arzobispo de México y presidente de la Academia de Líderes Católicos, organizadora del evento. “En Guadalupe hay un nuevo Pentecostés, una nueva actualización del Evangelio”, añadió Rogelio Cabrera, presidente del episcopado mexicano y arzobispo de Monterrey.
Así arrancó el ‘Seminario Internacional Generación Guadalupe 2031’, promovido por la Academia de Líderes de Latinoamérica, que se celebró ayer en modalidad virtual. El encuentro, que contó con el respaldo directo de Religión Digital, Vida Nueva o Exaudi, reunió a un ramillete de clérigos, laicos y artistas en torno al acontecimiento guadalupano, que la Iglesia mexicana y continental quiere colocar en el frontispicio de su vida pastoral de aquí al año 2033 y al año 2033.
El encuentro comenzó con el saludo de bienvenida del director general de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, José Antonio Rosas, que apostó por el jubileo guadalupano de 2031 e invitó a todos los participantes a “configurar durante estos nueve años una generación de americanos que cambien el rostro del continente”. Es lo que él denomina ‘la generación Guadalupe’, que huye de la polarización y apuesta por la fraternidad. Y el líder católico leyó una hermosa oración del Papa Francisco a la Guadalupana.
Tras los saludos de Fernando Sánchez, vicepresidente de la Federación internacional de Universidades católicas y rector de la Universidad católica de Costa Rica, así como de Rodolfo Gallo, presidente de Universidades Católicas de América Latina (ODUCAL) y rector de la Universidad católica de Salta, el anfitrión de la jornada, cardenal Aguiar, recordó que, en 2031, se cumplen cinco siglos del acontecimiento de Guadalupe y, con ese motivo, el episcopado mexicano aprobó el proyecto de un novenario abierto e internacional.
El arzobispo de México considera que el novenario es “una nueva oportunidad para entender a fondo el mensaje al mundo de la Virgen de Guadalupe”. Por eso, “en medio de tantas penas y conflictos, acudimos a la imagen bondadosa de María”, para conseguir “una humanidad en frontera y solidaria, que se reconozca en el amor de la madre”.
A continuación, Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente del episcopado mexicano ofreció la primera ponencia del encuentro, titulada ‘El acontecimiento guadalupano”. Un acontecimiento que, a su juicio, se basa en un hecho: “Que San Juan Diego vio y escuchó a María de Guadalupe y la imagen de María quedó estampada en su ayate”. Por eso, es un acontecimiento más que de una aparición, “porque se trata de una suma de milagros, un milagro que generó otros milagros, como el de la tilma o el de la fe del obispo y el de la fe del pueblo”.
Para monseñor Cabrera, “la teología del acontecimiento guadalupano deriva de un hecho histórico, que fue algo así como un nuevo Pentecostés, un acontecimiento que funda para México el hecho tangible del amor de Dios”.
En este nuevo Pentecostés son muy importantes los testigos. Desde Juan Diego, un indígena sencillo, al obispo Zumárraga, pasando por la fe del pueblo, “que tiene olfato para saber donde hay mentira o verdad”. Por último, el arzobispo de Monterrey subrayó algunas de las palabras que la Virgen le dijo a Juan Diego, al que le habló en diminutivo (que, en español, indica cariño o afecto) y le pidió que le construyese una casita, que es el símbolo de lo que hoy llamamos ‘casa común’. Y, por eso, monseñor Cabrera concluyó asegurando que “el acontecimiento guadalupano es patrimonio universal”.
El evento estuvo trufado con tres videos musicales, que presentó el padre David Jasso, secretario ejecutivo del Plan Global Pastoral de la CEM: La composición a Guadalupe de Juan Gabriel, la de Eros Ramazotti, así como el lanzamiento mundial del ‘Himno Guadalupe’ del cantautor español Luis Alfredo Díaz.
Tras la pausa musical, el saludo de otros dos líderes de instituciones convocantes del seminario: Manuel Martínez, secretario ejecutivo mundial de las Comunidades de Vida Cristiana (CVX) y de Adriana Visoso, presidenta de la Red Nacional de Pastoral Juvenil Hispana en Estados Unidos, para la que “los jóvenes están deseosos de escuchar la historia de María”.
José Antonio Rosas presentó, a continuación, la segunda conferencia, titulada ‘Una lectura teológica del acontecimiento guadalupano’ y compartida por el cardenal de Brasil, Paulo Cezar Costa y la madre Liliana Franco, presidente de la CLAR.
El cardenal brasileño presentó a la Guadalupana como “la primera evangelizadora de América”, que siempre se dirige “al humilde” y que siempre “hace brillar la cultura del pueblo, no como algo que viene impuesto desde fuera, sino como una llamada a la armonía”.
Con su voz dulce, la madre Liliana pronunció una conferencia honda y profética sobre el acontecimiento guadalupano visto desde tres claves: memoria, contemplación y corazón. Desde ahí, Guadalupe es, en primer lugar, la plenitud de un encuentro, que tiene lugar “al alba, en la hora de la mujer, cuando los gallos cantan y las mujeres se preparan para servir”.
En segundo lugar, según la madre Liliana Franco, Guadalupe es “un acontecer teologal”, porque “maría es la narrativa con la que Dios se acerca al continente herido y encara un modo de evangelizar ahí donde las heridas duelen más”. Es decir, “éste es el texto teológico fundante de la teología india”.
Y, por último, “Guadalupe es un abrazo divino a loa radicalmente humano”, porque “la Madre del Pueblo, la que siempre esta´presente, da cauce a la misericordia” y “pone de manifiesto que los pobres evidencian el querer de Dios”.
Tras un rato de diálogo entre los participantes y del saludo de los directores de los medios de comunicación copatrocinadores del acto (Religion Digital, Exaudi y Vida Nueva), tuvo lugar una tanda de testimonios del cantante Antonio Mauri, de la presidente del Consejo Nacional de Pastoral Hispana en USA, Elisabeth Roman y del deportista, Pavel Pardo.
En la clausura del seminario, intervinieron José Antonio Rosas, el padre David Jasso y, de una manera especial, el Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Rodrigo Guerra López.
Entusiasmado con el proyecto del seminario y del novenario, el laico mexicano, que no tiene pelos en la lengua, reconoció que, en la actualidad, “el continente vive enormes tensiones” y, ante ellas, propuso “promover el pacto de la fraternidad guadalupana”, porque “la polarización, la enemistad y el extremismo no son católicos, como acaba de decir el Papa».
Según Guerra, está sucediendo algo providencial, porque «en la consagración de Rusia y Ucrania al corazón de María, el Papa utiliza en la oración de consagración las palabras que la Virgen de Guadalupe le dirige a Juan Diego».
A juicio del secretario de la PCAL, «Guadalupe es el método de la inculturación». Y el anuncio inculturado pasa por la «conversión personal» y «por abrir los horizontes de la evangelización». Porque, «el milagro que sucedió en 1531 con la reconciliación de los pueblos enemistados y generó una nueva cultura fraterna en nuestra región, puede volverse a repetir en el contexto actual».
Según Rodrigo Guerra, “es necesario que todos loa países dejemos de lado nuestras divisiones y fracturas históricas, para avanzar en una agenda cultural y social, con una Iglesia capaz de cooperar con todos”. Y concluyó deseando que “jamás los latinoamericanos nos veamos como enemigos” y que «jamás prevalezca la lógica de los muros, de las fronteras y del proteccionismo».
Para Guerra, «no hay futuro para nuestro continente ni para nosotros mismos en la división» y, por eso, apostó por «conformar una gran fraternidad guadalupana, que nos permita pensar en la Patria Grande».
El broche de oro del encuentro lo puso Luis Alfredo Díaz, presentando, en primicia mundial, el nuevo himno a la Guadalupana compuesto por el cantautor español.