Tras el rezo del Ángelus de este, domingo, 26 de septiembre de 2021, el Papa Francisco recordó la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que este año tiene por tema “Hacia un nosotros cada vez más grande”. “Es necesario caminar juntos, sin prejuicios y sin miedos, poniéndose junto a quien es más vulnerable: migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata y abandonados. Estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo, que no excluya a nadie”.
Expresó su cercanía y solidaridad con las personas que han sido golpeadas con la erupción del volcán en la isla de La Palma. “Pienso especialmente en los que se han visto obligados a dejar sus casas. Por estas personas tan probadas y por los que están trabajando en las tareas de socorro rezamos a la Virgen, venerada en esa Isla como Nuestra Señora de las Nieves”.
Recordó la beatificación de “don Giovanni Fornasini, sacerdote y mártir. Párroco celante en la caridad, no abandonó el rebaño en el trágico periodo de la segunda guerra mundial”. Finalmente, saludó a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Santa sede.
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Palabras después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas,
hoy se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año tiene por tema “Hacia un nosotros cada vez más grande”. Es necesario caminar juntos, sin prejuicios y sin miedos, poniéndose junto a quien es más vulnerable: migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata y abandonados. Estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo, que no excluya a nadie.
Me uno a quienes, en las distintas partes del mundo, están celebrando esta Jornada; saludo a los fieles reunidos en Loreto por la iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana a favor de los migrantes y de los refugiados. Saludo y doy las gracias a las diferentes comunidades étnicas presentes aquí en la plaza con sus banderas; saludo a los representantes del proyecto “APRI” de la Caritas Italiana; como también a la Oficina Migrantes de la Diócesis de Roma y el Centro Astalli. ¡Gracias a todos por vuestro compromiso generoso!
Y antes de dejar la plaza, os invito a acercaros a ese monumento allí – donde está el cardenal Czerny -: la barca con los inmigrantes, y a detenernos sobre la mirada de esas personas y a acoger en esa mirada la esperanza que hoy tiene cada inmigrante de empezar de nuevo a vivir. Id allí, ved ese monumento. No cerremos las puertas a su esperanza.
Expreso cercanía y solidaridad a aquellos que han sido golpeados por la erupción del volcán en la Isla La Palma, en Canarias. Pienso especialmente en los que se han visto obligados a dejar sus casas. Por estas personas tan probadas y por los que están trabajando en las tareas de socorro rezamos a la Virgen, venerada en esa Isla como Nuestra Señora de las Nieves.
Hoy, en Bolonia, será beatificado don Giovanni Fornasini, sacerdote y mártir. Párroco celante en la caridad, no abandonó el rebaño en el trágico periodo de la segunda guerra mundial, sino que lo defendió hasta el derramamiento de la sangre. Su testimonio heroico nos ayude a afrontar con fortaleza las pruebas de la vida. ¡Un aplauso para el nuevo beato!
Y os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de varios países. En particular, saludo al Movimiento laical de la Obra Don Orione y la representación de padres y jóvenes asociados en la lucha contra los tumores.
Os deseo a todos vosotros un feliz domingo. Y por favor, por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!