Tras el rezo del Ángelus de este martes, 29 de junio de 2021, festividad de san Pedro y san Pablo, el Papa Francisco ha recordado que “pasado mañana, jueves 1 de julio, tendrá lugar aquí en el Vaticano un día especial de oración y reflexión por el Líbano. Junto con los líderes de todas las Iglesias presentes en la Tierra de los Cedros, nos dejaremos inspirar por la Palabra de la Escritura”.
“Invito a todos a unirse a nosotros espiritualmente, orando para que el Líbano se recupere de la grave crisis que atraviesa y muestre nuevamente al mundo su rostro de paz y esperanza” ha afirmado el Santo Padre. Por último, saludó a los peregrinos y fieles reunidos en la plaza de San Pedro.
A continuación, siguen las palabras del Papa, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
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Palabras después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Pasado mañana, jueves 1 de julio, tendrá lugar aquí en el Vaticano un día especial de oración y reflexión por el Líbano. Junto con los líderes de todas las Iglesias presentes en la Tierra de los Cedros, nos dejaremos inspirar por la Palabra de la Escritura que dice: “El Señor Dios tiene planes de paz” (Jer 29,11). Invito a todos a unirse a nosotros espiritualmente, orando para que el Líbano se recupere de la grave crisis que atraviesa y muestre nuevamente al mundo su rostro de paz y esperanza.
El 1 de julio se cumplirán 160 años de la primera edición de L’Osservatore Romano, el “periódico del partido”, como yo lo llamo. Mis mejores deseos y muchas gracias por vuestro servicio. Continuad vuestro trabajo con fidelidad y creatividad.
Y hoy, para nosotros, hay un aniversario que toca el corazón de todos nosotros: hace 70 años, el Papa Benedicto XVI fue ordenado sacerdote. [aplausos] A ti, Benedicto, querido padre y hermano, va nuestro cariño, nuestra gratitud y nuestra cercanía. Él vive en el monasterio, un lugar que se hizo para acoger a las comunidades contemplativas aquí en el Vaticano, para que rezaran por la Iglesia. Actualmente, él es el contemplativo del Vaticano, que pasa su vida rezando por la Iglesia y por la diócesis de Roma, de la que es obispo emérito. Gracias, Benedicto, querido padre y hermano. Gracias por tu testimonio creíble. Gracias por tu mirada continuamente dirigida hacia el horizonte de Dios: ¡gracias!
Os saludo cordialmente a todos vosotros, peregrinos italianos y de varios países; pero hoy me dirijo a los romanos de manera especial, en la fiesta de nuestros Santos Patronos. ¡Los bendigo, queridos romanos! Le deseo todo lo mejor a la ciudad de Roma: que, gracias al esfuerzo de todos vosotros, de todos los ciudadanos, sea habitable y acogedora, que nadie quede excluido, que se cuide a los niños y a los ancianos, que haya trabajo y que sea digno, que los pobres y los últimos estén en el centro de los proyectos políticos y sociales. Rezo por esto. Y vosotros también, queridos fieles de Roma, rezad por vuestro obispo. Gracias.
¡Feliz fiesta a todos! Buen almuerzo y hasta pronto.