Fotografía y otras formas de vencer al cáncer

Mirek Krajewski volvió al hospital de Leszno con su cámara. Así se creó un álbum de instantáneas insólitas. Estuvo codo con codo con los médicos que en su día lucharon por él. «Ya tenía un pie en el otro mundo», revela. También habla de lo que le permitió salir victorioso del cáncer.

«No hay buen momento para enterarse de una enfermedad grave», dice. En abril de 2022, cuando de repente se encontró en el hospital, estaba en plenas forma: tenía 54 años, estaba profesionalmente activo, lleno de pasión y planes, con una familia amada y amorosa. «Empezó la avalancha: primero un infarto leve, luego bacterias en la sangre y una dosis masiva de antibióticos, y por último un tumor en el intestino grueso, resultó ser maligno», cuenta de aquella época. Tuvo que someterse a dos operaciones y tenía graves problemas cardíacos. La segunda operación le salvó la vida, pero el resultado fueron todas las posibles complicaciones postoperatorias. «En esa etapa, experimenté un estado en el que ya tenía un pie en el otro mundo», añade.

Sin embargo, Mirek no quiere hablar mucho de la enfermedad. «Me gustaría centrarme en lo que me permitió salir victorioso de todo el asunto», explica. Comparte siete cosas que considera cruciales en su lucha contra la enfermedad.

Pensar en positivo

En primer lugar, Mirek pone el pensamiento positivo. «Realmente sabía que iba a vencerlo todo», afirma. Afortunadamente, el tumor se detectó en una fase temprana y no hubo metástasis. «Tuve una crisis, por supuesto, cuando las cosas se complicaron después de la segunda operación», admite Krajewski. Hablar con el psicólogo del hospital fue de gran ayuda en la crisis. «No tengas miedo de pedir este tipo de ayuda en el hospital; una conversación así realmente aporta mucho», dice el hombre.

Pasión

Una gran ayuda para superar la enfermedad fue «ocupar la mente con otra cosa» para evitar pensar constantemente en su condición de salud y en lo que podría derivarse de ella. «Es útil tener algún tipo de pasión, un mundo neutral en el que sumergirse», dice Mirek, «para aislarse de los estímulos negativos». Para él, la fotografía resultó ser un asilo de ese tipo. «Me lancé con redoblado vigor en esta dirección», dice Krajewski y, a pesar de la problemática bolsa de ostomía y la debilidad de la quimioterapia, buscaba constantemente oportunidades para fotografiar».

Gestos de apoyo

Otro aspecto que ayudó a Mirek a recuperarse fueron todos los gestos de apoyo. «Hasta el día de hoy, no deja de sorprenderme la respuesta de tantas personas preocupadas por mi enfermedad», confiesa. Las circunstancias hicieron de su esposa un intermediario en su trasmisión. «La multitud de buenas palabras, los cientos de oraciones, las decenas de misas en todo el mundo nos sorprendieron», confiesa. Alguien le ofreció los óleos de San Charbel, otro los de San Peregrino, a quien no conocía en absoluto. Una sorpresa total fue la invitación de una persona hasta entonces desconocida para ir a Islandia a una sesión de fotografía de auroras boreales, para que pudiera cumplir su gran sueño tan pronto come sus fuerzas se lo permitieran.

Confianza en los médicos

Mirek menciona la confianza en los médicos como otro aspecto. «Sin el menor murmullo seguí todas las instrucciones y recomendaciones del personal», dice, «especialmente aquellas cuyo significado ni siquiera entendía». Fue tratado en el Hospital Provincial Multiespecialista Dr. Jan Jonston de Leszno. Algunos aconsejaron a la familia ir a centros más grandes, pero Krajewski está convencido de que la decisión de ser tratado en Leszno fue la correcta. Destaca la profesionalidad, el compromiso, la comunicatividad y la amabilidad del personal. «Tuve la suerte de estar entre gente realmente competente», añade.

Sacramentos

«De esto no se habla mucho», señala Krajewski. Habla de la recepción diaria de Cristo en la Comunión, que es importante para el creyente. En el hospital, descubrió el poder de otro sacramento: «Un gran don de la Iglesia es el sacramento de los enfermos. Mi experiencia personal es que, gracias a la unción que recibí, no pensé ni por un momento lo que me iba a pasar, estaba increíblemente tranquilo.» Recuerda que en la memorable noche en la que su vida estaba en juego, estaba muy preocupado por cuál sería la reacción de sus allegados. «Incluso quise, pedirle a la enfermera un papel y un bolígrafo para escribir unas palabras de despedida a mis seres queridos», añade.

Intención

Hacia el final de su estancia en el hospital, se le ocurrió otro pensamiento: «Mientras pasaba una noche en vela en el hospital, me preguntaba por qué me había pasado todo esto y qué podía hacer al respecto». La respuesta llegó por la mañana: «Puedo convertir mi sufrimiento en bien ofreciendo todo este desorden por alguna intención. Como todo el mundo, yo tenía esas intenciones y aproveché la oportunidad con entusiasmo». Sin embargo, Mirek no quiere revelar cuál es esa intención. «Ese ya es mi dulce secreto», dice.

Familia

Aunque Mirek enumera este aspecto en último lugar, cree que es el más importante: el apoyo de su familia y los seres queridos. Según él, esto parece natural y obvio, pero es crucial para superar la enfermedad y recuperarse. «Pero quiero que también resuene», subraya, «el sufrimiento une a la familia».