Fecundación in vitro: La Iglesia Católica y el mensaje de los últimos tres Papas

Una visión doctrinal

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La Iglesia Católica mantiene una postura clara respecto a la fecundación in vitro (FIV), considerándola moralmente inaceptable. Esta posición se fundamenta en la convicción de que la procreación humana debe ser el resultado de un acto conyugal natural entre un hombre y una mujer unidos en matrimonio.

En 1987, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió la instrucción «Donum vitae», que aborda específicamente la FIV. Este documento señala que la fecundación del óvulo en una probeta desvincula la procreación del acto conyugal, lo que plantea serias cuestiones éticas y morales. Además, condena la fecundación artificial heteróloga, es decir, aquella que utiliza gametos de un donante externo al matrimonio, por considerarla contraria a la unidad matrimonial y al derecho del hijo a ser concebido dentro del matrimonio.

Posteriormente, en 2008, se publicó la instrucción «Dignitas personae», que reafirma y actualiza la enseñanza de la Iglesia sobre estas técnicas. Este documento destaca que la concepción in vitro es el resultado de una acción técnica que precede a la fecundación y no es obtenida ni deseada como la expresión y el fruto de un acto específico de la unión conyugal. Además, subraya que en el contexto de las técnicas de FIV, el número de embriones sacrificados es altísimo, superando el 80% en los centros más importantes, lo que plantea serias preocupaciones éticas sobre el respeto a la vida humana desde su inicio.


A lo largo de los años, los Papas han reiterado esta enseñanza:

  • Juan Pablo II: En la encíclica «Evangelium vitae» (1995), condena el uso de embriones y fetos humanos como material biológico para experimentación o trasplantes, una práctica que a menudo implica la creación de embriones mediante FIV con fines de investigación.
  • Benedicto XVI: En la encíclica «Caritas in veritate» (2009), advierte sobre prácticas como la FIV, la investigación con embriones y la clonación, señalando que nacen y se promueven en una cultura que cree haber desvelado cualquier misterio, llegando a la raíz de la vida, lo que puede llevar a una manipulación indebida de la vida humana.
  • Francisco: Aunque no ha emitido documentos específicos sobre la FIV, ha enfatizado en diversas ocasiones la importancia de respetar la vida humana desde su concepción y ha expresado preocupación por prácticas que instrumentalizan la vida humana en sus etapas más vulnerables.

En resumen, la Iglesia Católica sostiene que la fecundación in vitro es moralmente inaceptable porque separa la procreación del acto conyugal y conlleva la destrucción de embriones humanos, lo que va en contra de la dignidad de la persona y el respeto debido a la vida humana desde su inicio.

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