El padre Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy, 25 de julio de 2021, XVII Domingo del Tiempo Ordinario, fiesta de Santiago Apóstol.
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Celebramos hoy la fiesta de Santiago Apóstol, patrono de España. En la Iglesia celebramos las fiestas de los santos principalmente por motivos pedagógicos y espirituales: las celebramos porque podemos y debemos aprender del ejemplo que los santos nos dan. Porque ellos han sido hombres y mujeres como nosotros que se han dejado hacer por el Espíritu Santo, han sido fieles a Jesucristo y a la Iglesia en medio de las dificultades concretas de cada época. Ellos nos recuerdan que la santidad es la vocación a la que el Señor nos llama a todos. Sí. Tú también estás llamado a dejar que el Espíritu Santo reproduzca en ti la imagen de Jesucristo.
Santiago fue el primero de los apóstoles en beber el cáliz del Señor, cuando participó en su Pasión, al ser decapitado por orden del rey Herodes.
La Palabra que el Señor nos regala hoy en esta fiesta, nos invita a ser testigos: los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo.
Testigos de que Jesucristo VIVE. Y está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Testigos del Amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.
Testigos del Señorío de Jesucristo: hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Testigos de que Jesucristo es el Rey de reyes y el Señor de señores.
Testigos de que el Espíritu Santo certifica todo esto en el corazón de los sencillos, de los que se fían y le obedecen.
Testigos de que el Evangelio es una buena noticia, que cuando es acogida, llena el corazón de alegría y nos lleva a la gratitud y a la alabanza.
Testigos de que cuando dejas que Jesucristo sea tu Señor y te llena de su Espíritu Santo: todo es para vuestro bien. Este es uno de los milagros que el Señor hace en nuestra vida.
Testigos de que, con el Señor, nuestra debilidad no es causa de frustración, sino para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Es el camino de la humildad.
Testigos de que no es el discípulo más que el Maestro y, para ser fecundos, hay que servir, entregarse, lavar los pies sucios… hay que beber el cáliz del Señor.
A toda la tierra alcanza su pregón (cf. Sal 19, 5).
¡Ven Espíritu Santo! (cf. Lc 11, 13).
¡Feliz Domingo! ¡Feliz Eucaristía!