Los obispos de España difundieron ayer, 18 de mayo de 2021, un comunicado sobre la situación en Ceuta, tras la llegada irregular de miles de migrantes a la ciudad autónoma española desde Marruecos, y en Melilla.
De este modo, el departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) “acoge con preocupación la situación que se está produciendo en Ceuta y Melilla”, se lee en el texto. Asimismo, “apelando al valor supremo de la vida y la dignidad humana”, recuerda que “la desesperación y el empobrecimiento de muchas familias y menores no puede ni debe ser utilizado por ningún Estado para instrumentalizar con fines políticos, las legítimas aspiraciones de estas personas”.
La CEE muestra también su solidaridad con las diócesis de Cádiz y Ceuta y Málaga y Melilla, “de reconocida trayectoria en la atención y acogida a migrantes, así como con las necesarias iniciativas en ambas ciudades autónomas, para acoger integralmente y custodiar los derechos de las personas migrantes, especialmente de los menores”. Finalmente, la nota invita a mantener actitudes de convivencia pacífica y reclama a todos los niveles, ‘la mejor política puesta al servicio del bien común’ (Fratelli tutti, 154).
Crisis migratoria y diplomática
Según informa la agencia de noticias Europa Press, unos 8.000 migrantes han cruzado desde Marruecos hacia Ceuta desde el lunes, entre ellos se encuentran unos 1.500 menores, El ministro del Interior de España, Fernando Grande-Marlaska informó que 2.700 migrantes ya han sido devueltos al país vecino. Además, otros 86 migrantes consiguieron entrar a primera hora de este martes en Melilla.
Esta crisis migratoria se produce en plena crisis diplomática entre el Gobierno y el reino alauí a cuenta de la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, hospitalizado en Logroño para recibir tratamiento contra la COVID-19.
El Gobierno español ha indicado que esto se debe a razones estrictamente humanitarias, pero las explicaciones no convencieron a Marruecos. El pasado 8 de mayo, Rabat avisó de que se producirían “consecuencias” y deslució que no se le hubiera avisado previamente sobre este gesto que considera “premeditado” y que no corresponde a una relación entre buenos vecinos. Por el momento, las autoridades marroquíes han guardado silencio respecto a los últimos acontecimientos.
“Calmar la situación”
El portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, calificó ayer martes como “angustiosas” las imágenes de lo ocurrido en Ceuta y ha pedido tanto a España como a Marruecos colaboración para “calmar la situación”, indica la misma fuente.
“Creo que es muy importante que tanto Marruecos como España lleguen a un acuerdo para tratar de calmar la situación”, la cual, sostiene, es “otra ilustración de los desafíos” a los que se enfrenta la comunidad internacional para gestionar la migración “de una forma humana y que respete la dignidad de las personas”.