¿Eres exitoso?

El verdadero éxito en la vida: una historia de fe, familia y crecimiento personal

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En estos días, inicios de Noviembre 2024 estoy en Buenos Aires, en modo limpieza, respecto a verificar diversa documentación, apuntes y demás, para así aligerar toda la papelería personal que tengo en casa y que debo tener lista y expedita para cuando deba iniciar el empaque y mudanza hacia el nuevo destino que me espera en Bogotá-Colombia, junto a Jessica y la menor de mis hijas.

Entre toda la documentación, encontré apuntes de un seminario dictado en el PAD Escuela de Dirección – Universidad de Piura, al que asistí vía zoom en plena pandemia (Julio 2020), donde el profesor del IESE, Santiago Álvarez de Mon nos invitaba a la reflexión sobre: ¿Qué es el éxito? ¿Quién define el mismo?, ¿Cuáles son los criterios de evaluación?

¿Vaya preguntas, no les parece? y cómo todo problema no matemático, no tiene una respuesta única, las mismas van a depender de cómo afrontamos la vida que a cada uno de nosotros nos ha tocado vivir, de las prioridades que tengamos, entre muchas cosas.

En mi caso, gracias a DIOS y a mis padres, puedo decir que he descubierto que soy exitoso y lo digo con humildad (entendiendo que ésta, es asociada a andar en la verdad). Les paso a compartir resumidamente, mi éxito.

Tuve la fortuna de estudiar toda la etapa escolar, en mi Chiclayo querido en un colegio de sacerdotes españoles, que combinaban las ciencias, el arte, los deportes y la religión. Producto de eso, tengo mis primeros hermanos que la vida me regalo, algunos vivían muy cerca a mi casa y por ello adicional al colegio compartíamos “una patota” o “pandilla” con los que hasta hoy converso de cosas triviales y trascendentes.

El azar de la vida, me llevó a estudiar administración de empresas, en la capital, en una Universidad (debo reconocer que no era la que quería) sin embargo, fue ahí donde agregué a mi vida más hermanos, a los cuales quiero y valoro. Soy padrino del hijo de uno de ellos y justo hoy, otro me escribió: ¡Saldaña…, hola, que lindo! ¡Lo veo ahora mismo, por las chicas todo!. Y es que mi segunda hija termina su etapa escolar, acá en Buenos Aires y desea compartir el momento de su graduación con toda la familia de “Chizo”, el hermano que sumé en mi etapa universitaria.

La ventura de estar en esa universidad, que no era la que quería, me regaló conocer el amor a través de Jessica y nos casamos hace 26 años, peregrinamos juntos en valles y montañas (con dificultades, tristezas, llanto y obviamente también alegrías), tenemos tres hijas, que tienen sus cosas, claro que sí, pero como me dijo el otro día el párroco (Pancho) de la iglesia cerca a la casa: ¡Dale, que son excelentes chicas!

Los caminos de la etapa profesional, me llevaron a laborar principalmente en gestión humana en empresas nacionales e internacionales de diversos sectores como consumo masivo, automotriz, banca y retail. He conocido excelentes personas y profesionales, jefes y compañeros que luego se convirtieron en muy buenos amigos.

Tuve la oportunidad de estudiar un MBA, en el PAD Escuela de Dirección – Universidad de Piura en Lima a mis 40 años. Así refresqué conocimientos con excelentes profesores y nuevamente tuve la oportunidad de tener más amigos e inclusive agregar a mi familia ampliada a tres nuevos hermanos de la vida. Cuántas anécdotas y vivencias tengo con ellos y sus familias.

Hoy trabajo con mis hermanos, en la empresa familiar que inicio Jorge, el mayor, hace 22 años. Esta experiencia tiene sus pros y sus contras, pero si lo debo resumir en una línea: “me ha enseñado que sobre los negocios esta la familia”.


En estos últimos meses en Bueno Aires, he podido llevar tres cursos en el IAE Business School – Universidad Austral, dentro de la catedra PWC de Gobierno de las organizaciones, cursos asociados a crear valor desde los directorios. Esto me ha permitido la dicha de conocer excelentes profesores, grandes personas, empresas familiares, empresarios y profesionales, Y de cada uno de ellos, que duda cabe, he aprendido algo nuevo.

Como corolario, un tema no menor, es que gracias a DIOS tuve la suerte de conocer a varias parejas de esposos en la agrupación católica Familia de Nazareth, mención especial a los Llerena, Jimenez y De la Flor (compadres esprituales, éstos últimos) que siempre estuvieron y están en las buenas, pero sobre todo en las no tan buenas, para ser una luz en medio de la vida.

Si, has llegado a estas líneas, podrías decir: ¡este pata me ha contado casi su vida entera!. Y considero es correcta, desde una perspectiva, dicha afirmación. Esto me da pie para responder las preguntas hechas hace 4 años del profesor Álvarez de Mon, las mismas que menciono en el segundo párrafo del presente artículo.

  1. El éxito es estar la mayor parte de tu tiempo o vida en Paz, en primer lugar con DIOS, contigo mismo y con tu entorno (prójimo).
  2. La definición del éxito, depende de cada uno. No de lo que digan o piensen el resto de personas.
  3. Que el día que ya no estés en este mundo ¿si las personas te recuerdan? Que sea por lo que les distes (un consejo, una escucha, una sonrisa,  un abrazo, un hombro en donde descansar, etc.)

A estas alturas del artículo podrían pensar como dicen mis amigos acá en Argentina: sos grosso, grande, capo, lo más… Pero la verdad, nada más alejado de la realidad.

Porque el éxito es la consecuencia de un aprendizaje y ejercicio continuo de Amor. Entendido como el dar, el perdonar y el pedir perdón. Esto aplicado en todos los ámbitos de mi vida personal, familiar y laboral.

Para ir terminando, estoy convencido que para ser exitoso en la vida, en el sentido más amplio de su significado, debemos todos trabajar de manera permanente (y yo en primer lugar), en conocernos realmente…

  • ¿Quién soy yo?
  • Conocer cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.
  • Buscar ayuda (psicológica y/o espiritual) para mitigar nuestras debilidades y agrandar las fortalezas, esto último, si vale el término.

Para finalizar les comparto dos frases, para reflexionar.

“Haz tú lo que puedas, pide lo que no puedas y Dios te dará para que puedas”, San Agustín.

“Camina lento, no te apresures, qué a donde tienes que llegar es a ti mismo”, Ortega y Gasset

¡Ánimo…si podemos ser exitosos!, sigamos remando contra corriente…