En memoria de la Madre Teresa, en la mañana del próximo 17 de diciembre, día de su cumpleaños, el Papa Francisco entregará un signo especial de gratitud a 3 personas que, en situaciones vitales muy diferentes, viven la caridad hacia los más pobres entre los pobres.
De acuerdo a un comunicado del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, los galardonados son: el padre Hanna Jallouf, franciscano, que se desvive por los pobres de Siria en una época de guerra continua y devastadora; Gian Piero, conocido como Wué, una persona sin hogar que cada día destina una parte de los donativos recaudados a ayudar a personas más pobres que él; Silvano Pedrollo, industrial de Verona, que destina una parte considerable de los beneficios de su empresa a asistir y ayudar a los más pobres de distintas naciones en África, India y América Latina, construyendo escuelas, pozos e instalaciones sanitarias.
Este sencillo pero significativo gesto del Papa, auspiciado por el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, pretende recordar a la Madre Teresa de Calcuta y tendrá lugar en presencia de unas 20 hermanas y 20 personas acogidas por las Misioneras de la Caridad en sus dormitorios.
El ejemplo de la Madre Teresa
El 5 de septiembre de 1997, cuando se difundió la noticia de la muerte de la Madre Teresa, el periodista Indro Montanelli exclamó: “¡Si hubiera una Madre Teresa de Calcuta en cada continente, los ateos desaparecerían del mundo!”.
Han pasado 25 años desde la muerte de la Madre Teresa de Calcuta. Dejó tras de sí un maravilloso legado de obras en favor de los “pobres más pobres, los que nadie quiere”: así los llamaba la Madre Teresa. Hoy son más de 6.000 las Misioneras de la Caridad que continúan su labor en favor de los pobres en 762 Casas de Caridad, repartidas en 139 países: ¡un verdadero milagro!
Cada uno de nosotros está llamado a asumir este reto.
“La flor de la gratitud”, el premio
La “flor de la gratitud” que entregará el Papa es un pequeño globo terráqueo, colocado dentro de un cubo que lo sostiene: el cubo es un símbolo del amor que sostiene el mundo.
En el globo está pintada una ventana tras la cual se ve a la Madre Teresa abrazando y acariciando a un niño. La idea de la ventana procede de una declaración de Juan Pablo II, quien, con motivo de la muerte de la santa, dijo: “La Madre Teresa fue una ventana abierta a través de la cual Jesús se asomó y sonrió y dio consuelo y dignidad a tantos pobres en tantas partes del mundo”.
Todo el mundo puede ser esa ventana. Mantengámosla siempre abierta a través de la caridad vivida cada día.