El Silenciamiento de la educación religiosa

El que se enseñe religión en los colegios significa respetar la libre elección de los padres de familia

Al terminar de leer la ley de Educación me quede con la impresión que algo faltaba. Una nueva y atenta leída me confirmo que, en efecto, la educación religiosa, no se mencionaba ni siquiera en las Disposiciones Complementarias. Evidentemente, este hecho atenta contra la libertad de enseñanza y también contra la elección de los padres de familia quienes deciden el colegio para sus hijos con arreglo a sus creencias y convicciones, además de otros razonables criterios.

Pero lo que me llamó poderosamente la atención es el divorcio que existe en la norma y la vida, entre la ley y la sociedad. Tal parece que el legislador no atiende el curso y la entidad del fondo social. Razón del fracaso de no pocas leyes. Para muestra un botón. En el mes de octubre Lima – capital del Perú – se viste de morado, como señal de su devoción al Señor de los Milagros. Junto con las manifestaciones religiosas aparecen los turrones, las vianderas, las corridas de toros, los hábitos [vestidos de color morado] y una serie de expresiones populares. Algunos sentencian: mito y folklore. Otros replican: sincretismo religioso. Los millares de personas que viven desde dentro la tradición:  cumplen promesas, rezan, agradecen, piden perdón con fe y devoción ante el Cristo Morado. Lo cierto es que de año en año el número de devotos se incrementa, la Hermandad del Señor de los Milagros, recibe nuevos miembros… mientras las explicaciones sociológicas continúan.

Frente a este hecho patente ¿por qué los legisladores no quieren ayudar a los padres de familia – que así lo deseen – a que sus hijos estudien religión en los colegios? ¿por qué ese afán de gobernar de espaldas a la realidad? Muchas de nuestras tradiciones, acrisoladas por el tiempo, hunden sus raíces en lo religioso, por tanto, decretar por ley su silenciamiento es no sólo una afrenta a la libertad de conciencias sino también a nuestra propia historia. Perú es un país mayoritariamente católico, minimizar o desconocer tamaña realidad es un contrasentido. La educación religiosa no es un privilegio, ni menos una dádiva que generosamente concede el Legislador, es un derecho que asiste a todos los padres de familia que valoran y quieren la trasmisión de sus creencias y convicciones religiosas a sus hijos. Los colegios estatales y particulares constituyen – entre otros – un medio y ayuda calificada para concretar ese derecho y complementar la labor de los padres.


La educación en valores, reclamada y respaldada por todas las instancias de la sociedad, incluye todos los bienes posibles y necesarios para que la persona se desarrolle integralmente. Reducirlos o subrayar sólo algunos es también limitar las posibilidades de crecimiento de cada persona. La religión, es un bien y, por tanto, un alto valor que convoca a toda la persona. Educar en valores es también, fomentar y favorecer la educación religiosa en los colegios.

A los legisladores les corresponde atender y mirar, sin prejuicios ni sesgos ideológicos la realidad de la sociedad. El que se enseñe religión en los colegios no significa que se afecte la libertad de creencias, todo lo contrario, es respetar la libre elección de los padres de familia, quienes serán ellos finalmente los que decidan la escuela que se acompase con sus propios intereses y creencias.