Los obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador, CEDES, muestran su preocupación por la realidad del país en un comunicado difundido el pasado 12 de septiembre, bajo el lema “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados (Mt 5, 6)”. A lo largo del texto expresan que “en el marco del Bicentenario de la Independencia de los países centroamericanos, el pueblo salvadoreño – como tantos otros pueblos – anhela vivir en un Estado de derecho y justicia pleno”.
Temas sociales que afectan la democracia
En el mensaje firmado por los 11 obispos de este país centroamericano, los obispos plantean problemas políticos que deterioran la democracia y plantean una reflexión a los diferentes actores sociales.
“Justicia y derecho por años negado, debido al ejercicio de prácticas ilegítimas e improcedentes como la corrupción, la impunidad, el nepotismo, el compadrazgo, la compra de voluntades, la mentira, la difamación, la calumnia. Prácticas como éstas, que son contrarias a la ley, han provocado miles de víctimas entre el pueblo salvadoreño entre las cuales se cuentan hermanos y hermanas humildes, sacerdotes y religiosas como nuestro santo, monseñor Oscar Arnulfo Romero y nuestros mártires, padre Rutilio Grande, Fray Cosme Spessotto, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, de cuyos asesinatos jamás se hizo justicia”, se lee en el comunicado.
Los obispos también creen “que es importante la depuración del sistema judicial, pero respetando el debido proceso. Nos parece que esto es válido tanto para el caso de la cesación de cerca de un tercio de jueces de la nación, como para la aprobación de la reelección presidencial, por parte de la Corte Suprema de Justicia. Por eso elevamos nuestra voz para recordar a las autoridades responsables, que estas acciones solo pueden tener validez si se dan apegadas al Derecho constitucional del país porque el fin no justifica los medios”.
El Salvador necesita un cambio urgente de estructuras
“El Salvador necesita urgentemente un cambio de estructuras, pero ese cambio solo será posible si es realizado por hombres y mujeres con corazones nuevos. Como lo dijeron los Obispos reunidos en Medellín: No tendremos un continente nuevo sin nuevas y renovadas estructuras, sobre todo no habrá continente nuevo sin hombres nuevos, que a la luz del Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables (Medellín 1,3). Lo queremos subrayar aplicado a El Salvador, no tendremos nuevas y renovadas estructuras sin hombres nuevos que a la luz del Evangelio sepan ser verdaderamente libres y responsables”, manifiestan.
Familia fundamento de vida
El país centroamericano vive un momento de reformas constitucionales, y el Episcopado plantea que “se oyen muchas voces que temen un retroceso en cuanto a la defensa de la vida humana” por lo que creen que “el fundamento de la familia es el matrimonio, cuya función primordial es la transmisión de la vida, gracias a la natural complementariedad entre el hombre y la mujer; además, tiene la función de la educación de los hijos y la transmisión de la cultura. La Constitución, conforme a los valores y principios de nuestra sociedad, deberá defender el bien de la vida y la familia”.
Finalmente, manifiestan que “los artículos pétreos de nuestra Constitución política no pueden ser reformados, deben conservarse como tales, porque de lo contrario, se vulneraría el sistema democrático que siempre ha defendido nuestro pueblo”.