La Conferencia Episcopal de El Salvador hizo oficial el anuncio de la beatificación de cuatro de sus mártires el 22 de enero de 2022: el padre Rutilio Grande García, sus dos compañeros de martirio, Nelson Lemis y Manuel Solórzano, y el padre Cosme Spessotto.
Se trata de una ceremonia esperada desde febrero 2020, fecha en que el Papa Francisco aprobó el decreto que reconocía su martirio, y que fue postergada debido a la situación de emergencia por la COVID-19. De acuerdo al comunicado del Episcopado, la ceremonia se realizará en la capital, San Salvador, y el Papa Francisco ha nombrado al cardenal Gregorio Rosa Chávez como delegado especial para presidir la celebración.
“Damos gracias a Dios y al Papa Francisco por ese inmenso don, la elevación a los altares de estos cuatro mártires de nuestro país, Rutilio, Nelson, Manuel y Cosme. Invitamos a todos a prepararnos de la mejor manera, para vivir con fruto ese gran acontecimiento”, concluye la nota de los obispos.
Padre Rutilio Grande y compañeros
De acuerdo a Vatican News, este sacerdote jesuita fue asesinado el 12 de marzo de 1977 cuando se dirigía a celebrar la Misa a El Paisnal. Le acompañaban don Manuel Solórzano y Nelson Lemus. En el camino fueron emboscados y su coche ametrallado.
Rutilio Grande es reconocido en El Salvador por su vida entregada a la gente más humilde, en una época turbulenta en el país. Su compromiso y defensa de los más pobres fue su sentencia de muerte. También es conocida la gran amistad que mantuvo con san Arnulfo Romero, quien al conocer de su asesinato vivió un profundo dolor que acentuó su defensa por los más desfavorecidos.
El Padre “Tilo”, como era conocido por su gente, nació el 5 de julio de 1928 en El Paisnal, El Salvador. Fue en esta zona donde vivió toda su misión y compromiso, y donde volcó su vocación como jesuita. Miles de personas asistieron a la Eucaristía tras su muerte, presidida por Mons. Romero en la catedral.
Fray Cosme Spessotto
Sacerdote franciscano, nació el 28 de enero de 1923 en un pequeño pueblo de la provincia de Treviso, Italia. En 1950 navegó desde el puerto de Génova a El Salvador.
Fue párroco en San Juan Nonualco, departamento de La Paz, durante 27 años, donde construyó una nueva iglesia y fundó una escuela parroquial para más de mil niños.
De acuerdo al medio vaticano, al igual que a Rutilio Grande, le tocó vivir los tensos y violentos años previos a la guerra civil en El Salvador país durante 12 años, provocando más de 80 mil muertes y enormes pérdidas en infraestructura. El sacerdote franciscano en varias ocasiones rechazó la toma de la iglesia de San Juan Nonualco, tanto por la guerrilla como por la Fuerza Armada. Fue asesinado por “odio a la fe” el 14 de junio de 1980 mientras rezaba antes de la Eucaristía.