Monseñor Aldo Giordano, “desempeñó una solemne actividad diplomática y pastoral”, con sabiduría y revelando sus dotes “de mente y corazón”, dando testimonio de “sincera pasión por el hombre y amor incondicional por la Iglesia”.
Estas han sido las palabras tomadas del telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, en nombre del Papa Francisco, en el día en que se celebran las exequias de quien fuera, entre otros cargos, nuncio apostólico en Venezuela, indica Vatican News el 9 de diciembre de 2021.
“Al conocer la noticia del fallecimiento de monseñor Aldo Giordano, nuncio apostólico ante la Unión Europea, el Santo Padre desea expresar a usted, a la hermana Bruna y a los otros familiares, así como a la comunidad diocesana de Cúneo, su cercanía por el luto que ha afectado a cuantos lo han conocido y estimado”: comienza así el telegrama dirigido al señor Angelo Giordano firmado por el cardenal Parolin.
En el día en que se celebran las exequias del prelado en la catedral de su tierra natal, en el telegrama el Pontífice dice pensar “con ánimo agradecido en la celante vida sacerdotal y en el fiel servicio”, de tan “manso y generoso hombre de Iglesia”, quien prestara su servicio primero en las diócesis de cúneo y en el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas, luego en la Santa Sede como observador permanente ante el Consejo de Europa.
El Obispo de Roma recuerda “con el mismo reconocimiento” la “solemne actividad diplomática y pastoral” que monseñor Giordano llevó adelante como nuncio apostólico en Venezuela, y su último encargo en la Unión Europea. Todos los servicios que monseñor Giordano ha “sabiamente” llevado a cabo, revelando “sus dotes de mente y de corazón” y dando testimonio de “sincera pasión por el hombre y amor incondicional a la Iglesia”.
“Su Santidad, eleva al Señor fervientes oraciones de sufragio por el alma de este fiel servidor del Evangelio, para que lo reciba en la luz que no conoce el ocaso y, confiándolo a la materna intercesión de la Bienaventurada Virgen María, invoca para los familiares el apoyo de la esperanza cristiana”, se lee en la misiva. Finalmente, Francisco envía la bendición apostólica “a cuantos lloran por la prematura desaparición”, a la que propio cardenal Parolin añade sus personales condolencias también “en nombre de toda la Secretaría de Estado, con un particular recuerdo ante el altar”.