El Papa Francisco explica que “la verdadera libertad —la libertad en Cristo— no busca el propio interés, sino que está guiada por el amor y se expresa en el servicio a los demás. Somos verdaderamente libres cuando amamos y servimos gratuitamente a quienes nos rodean, de modo particular a los pobres”.
En la audiencia general de hoy, miércoles 20 de octubre de 2021, a lo largo de sus palabras a los hispanohablantes, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre la carta a los Gálatas del apóstol Pablo, centrando su meditación en el tema: “La libertad se realiza en la verdad” (cf. Lectura: Gál 5, 13-14).
De este modo, Francisco ha seguido profundizando en el concepto de libertad que san Pablo ofrece a los gálatas. “La ‘vida nueva’ en Cristo es una llamada a la libertad, pero, ¿cómo se expresa esa libertad?”, plantea. Como respuesta, el Papa indica que el Apóstol “presenta dos ideas contrapuestas”.
Por un lado, “una falsa concepción de la libertad, que considera que ‘todo es lícito’, que vive según el instinto, las pulsiones, los deseos egoístas, siguiendo los criterios del ‘me gusta’ o ‘no me gusta’”. Esta, prosigue, “es una libertad vacía, y que nos deja vacíos por dentro”. No obstante, aclara que, en contraposición, “la verdadera libertad —la libertad en Cristo— no busca el propio interés, sino que está guiada por el amor y se expresa en el servicio a los demás”
“El amor nos hace libres, nos lleva a elegir y obrar el bien, nos mueve a servir”, indica el Sucesor de Pedro. Por otra parte, destaca: “No olvidemos que la caridad tiene también una dimensión social, es decir, que no deja a nadie al margen, no es selectiva, sino que busca el bien de todos”.
Ministras de los Enfermos
Finalmente, dirigió su saludo a los peregrinos de lengua española. Entre las personas reunidas, localizó a un grupo de religiosas: “las Ministras de los Enfermos, las hijas de la Madre Torres Acosta”, resaltando que “estas monjitas se pasan las noches cuidando enfermos y duermen un rato de día. Son un ejemplo de lo que es servicio hasta el fin, con abnegación de sí mismas. Sigan por ese camino. Gracias por lo que hacen”.
“Pidamos a Jesús —modelo de caridad y servidor de todos— que nos libere de nuestras esclavitudes y nos ayude a ser auténticamente libres, impulsándonos a amar con gestos concretos de misericordia y caridad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”, concluyó el Obispo de Roma.