El Papa Francisco ha subrayado que “la familia está viva si está unida en la oración. La familia es fuerte, si redescubre la Palabra de Dios y el valor providencial de todas sus promesas. La familia es generosa y construye la historia si permanece abierta a la vida, si no discrimina y sirve a los más débiles y necesitados, si no deja de ofrecer al mundo el pan de la caridad y el vino de la fraternidad”.
Estas palabras forman parte del mensaje del Santo Padre a los participantes en la XIV Peregrinación Nacional de las Familias por la Familia, promovida por la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Italiana, por la Renovación en el Espíritu y por el Foro Nacional de Asociaciones Familiares, que se celebra hoy en 20 Santuarios Marianos y cuyo tema es “En la comunión… ¡ la alegría!”.
A continuación, sigue el texto completo.
***
Mensaje del Santo Padre
¡Queridas familias, queridos matrimonios, padres, abuelos e hijos!
Saludo de corazón a vosotros que participáis en la XIV Peregrinación Nacional de las Familias por la Familia, tanto en presencia como a través de los medios de comunicación. Saludo a los promotores de este tiempo de oración: Renovación en el Espíritu, la Oficina Nacional de Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Italiana, el Foro Nacional de Asociaciones Familiares. Gracias por el testimonio de comunión y alegría con el que decís al unísono que “la familia está viva”.
Sé que estáis reunidos bajo la mirada de María en 20 santuarios marianos de 19 regiones de Italia, y también en Suiza. Miles de familias, en la oración, muestran hoy el rostro luminoso de la fe en Jesucristo, en un tiempo abrumado por tantas dificultades, sufrimientos y nuevas pobrezas. Aprecio vuestros esfuerzos por salir al encuentro del mayor número de personas posible, para ser un signo vivo de esa amoris laetitia que brota del Evangelio de la familia.
“En la comunión… ¡la alegría!”. Este es el tema de la peregrinación, que expresa claramente una opción fundamental: buscar no la alegría “consumista e individualista”, que “sólo lastra el corazón”, sino “esa alegría que se vive en comunión, que se comparte y se participa, porque “mayor felicidad hay en dr que en recibir” (Hch 20,35) y “Dios ama al que da con alegría” (2 Co 9,7)”. En efecto, “El amor fraterno multiplica nuestra capacidad de gozo, ya que nos vuelve capaces de gozar con el bien de los otros” (cf. Exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, 128).
Queridos amigos, la familia está viva si está unida en la oración. La familia es fuerte, si redescubre la Palabra de Dios y el valor providencial de todas sus promesas. La familia es generosa y construye la historia si permanece abierta a la vida, si no discrimina y sirve a los más débiles y necesitados, si no deja de ofrecer al mundo el pan de la caridad y el vino de la fraternidad.
Os animo a recorrer juntos este camino y a colaborar así en la preparación, ante todo con la oración, del X Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Roma del 22 al 26 de junio de 2022, pero al mismo tiempo también en las comunidades diocesanas de todo el mundo.
Por lo tanto, os invito a rezar a partir de ahora con la oración oficial de ese encuentro:
Padre Santo, estamos aquí ante Ti,
para alabarte y agradecerte
el gran don de la familia.
Te pedimos por las familias consagradas en el sacramento del matrimonio,
para que redescubran cada día la gracia recibida
y, como pequeñas Iglesias domésticas, sepan dar testimonio de tu Presencia
y del amor con el que Cristo ama a la Iglesia.
Te pedimos por las familias que pasan por dificultades y sufrimientos,
por enfermedad, o aprietos que sólo Tú conoces:
Sostenlas y hazlas conscientes del camino de santificación al que las llamas,
para que puedan experimentar Tu infinita misericordia
y encontrar nuevas formas de crecer en el amor.
Te pedimos por los niños y los jóvenes,
para que puedan encontrarte
y responder con alegría a la vocación que has pensado para ellos;
por los padres y los abuelos, para que sean conscientes
de que son signo de la paternidad y maternidad de Dios
en el cuidado de los niños que, en la carne y en el espíritu,
Tú les encomiendas;
y por la experiencia de fraternidad
que la familia puede dar al mundo.
Señor, haz que cada familia
pueda vivir su propia vocación a la santidad en la Iglesia
como una llamada a ser protagonista de la evangelización,
al servicio de la vida y de la paz,
en comunión con los sacerdotes y todo estado de vida.
Bendice el Encuentro Mundial de las Familias.
Amén.
Encomiendo vuestro compromiso a Dios para que lo sostenga y lo haga fructífero. Y os pido a todos que recéis por mí. ¡Buena peregrinación!
Roma, San Juan de Letrán, 9 de septiembre de 2021
FRANCISCO