Jorge Mario Bergoglio empezó a ser Papa en 2013. Es el Papa de la misericordia. El suyo es el pontificado de la misericordia. Ha dicho: “Misericordia es el mensaje que tengo que dar como obispo de Roma”. La clave principal de intelección del magisterio y de las actitudes y gestos de este Papa, que está en línea con los anteriores pontífices, es la misericordia; lo cual lo asemeja mucho al Papa Juan Pablo II.
La Cuaresma es un tiempo privilegiado de conversión. Y, el católico, para madurar, ha de convertirse y recibir el perdón. Ya en 2014, por iniciativa de este Papa, se celebró la primera jornada “24 horas con el Señor”. De ésta, el 8 y 9 de marzo próximo se celebrará la onceava edición. Es una iniciativa romana, cuaresmal y de conversión, para orar y confesarse, a la que se han adherido muchas diócesis de todo el orbe.
Cuando se publicó el libro del Papa Francisco “El rostro de Dios es misericordia”, un importante vaticanista vio esta obra como una síntesis de su pontificado.
De su tiempo de Papa destaca el año de la misericordia, 2015-2016, de tanta repercusión en todo el orbe. Es muy significativo que, para este año, uno de los dos principales objetivos del Papa fue que todos los católicos se confesaran. En 2016 creó los misioneros de la misericordia, a los que nos encargó ser confesores misericordiosos y predicar la misericordia. Su idea era vernos cada dos años. Pero, dado el lapso de la CoVid 19, con el Papa sólo hemos tenido los congresos mundiales de 2016, 2018 y 2022. También, para 2025, nos espera, en Roma. Nos dijo: “a vosotros os he encomendado el ministerio que más me preocupa: ser instrumento de la misericordia de Dios” (2022).
El legado del Papa Francisco sobre la misericordia es muy importante. Así, según el cardenal Ruini, dos son los grandes documentos pontificios sobre la misericordia: la encíclica “Dives in misericordia” (1980), Dios rico en misericordia, de Juan Pablo II, y la bula del Papa Francisco, de convocación del año de la misericordia, “Misericordiae Vultus” (2015), El rostro de la misericordia.
Muchas veces hemos visto al Papa haciendo obras de misericordia, confesando, confesándose, etc. Ese es su estilo. A él le gusta referirse al sacramento del perdón como sacramento de la misericordia. Constantemente habla de misericordia, “Misericordia et misera”, obras de misericordia, sacramento de la misericordia, confesar y confesarse, confesores misericordiosos. Como ha dicho Pedro Jaramillo, en su libro sobre el mensaje del Papa Francisco: “Francisco (…) no desaprovecha ocasión para contagiar a los sacerdotes la experiencia personal del perdón y del anuncio de la misericordia”.
En suma, el Papa, en el mundo de la globalización de la indiferencia, insiste constantemente en la misericordia, en la importancia del sacramento de la misericordia y en ser confesores misericordiosos. El mensaje del Papa y del Vaticano que los misioneros de la misericordia hemos recibido en estos últimos años puede resumirse principalmente en tres palabras: confesión, confesión y confesión. ¡Así es el Papa! ¡Viva el Papa!