El Papa Francisco, de 88 años, se encuentra en estado crítico tras sufrir una crisis respiratoria asmática prolongada en la mañana del 22 de febrero de 2025. Según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, esta complicación requirió la administración de oxígeno de alto flujo.
Los análisis de sangre realizados revelaron una plaquetopenia asociada a anemia, lo que hizo necesaria la realización de transfusiones sanguíneas. A pesar de estas dificultades, el Santo Padre se mantiene consciente y ha pasado el día sentado en un sillón, aunque experimentando más dolor que en días anteriores.
El Papa Francisco fue ingresado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma el 14 de febrero debido a una bronquitis que evolucionó a neumonía bilateral. Los resultados de las pruebas realizadas en los últimos días indicaron una infección polimicrobiana de las vías respiratorias. Aunque en días anteriores se informó de una leve mejoría en algunos valores clínicos, la situación actual del Pontífice es delicada y su pronóstico sigue siendo reservado.
La comunidad católica mundial permanece en oración por la pronta recuperación del Papa, mientras el equipo médico continúa monitoreando de cerca su evolución.
