El Papa Francisco, 87 años, está atravesando un cuadro de bronquitis, lo que ha motivado que sus compromisos públicos se adapten a su situación de salud. Las audiencias que tenía programadas se están llevando a cabo en la residencia de Casa Santa Marta, donde reside habitualmente.
El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, informó que, a pesar de la enfermedad, el Santo Padre sigue atendiendo a sus invitados, pero en un entorno más controlado y cómodo para su recuperación. «El Papa presenta una ligera bronquitis y ha sido medicado. Continúa con sus actividades, aunque con las modificaciones necesarias para asegurar su descanso», declaró Bruni.
Esta no es la primera vez que la salud del Papa genera atención. En noviembre pasado, tuvo que cancelar su viaje a Dubái para la COP28 debido a una infección respiratoria. En aquella ocasión, también fue tratado con antibióticos y guardó reposo en Casa Santa Marta, recuperándose satisfactoriamente en pocos días.
La cercanía del Papa con los fieles y su inquebrantable compromiso con sus responsabilidades continúan siendo evidentes, incluso en momentos de fragilidad física. Las oraciones por su pronta recuperación se multiplican en la comunidad católica, que sigue con atención su evolución.
Se espera que, conforme avance su mejoría, pueda retomar su agenda habitual. Mientras tanto, el Vaticano seguirá proporcionando información sobre su estado de salud y la adaptación de sus actividades.