En una carta dirigida al delegado pontificio del Santuario de la Bienaventurada Virgen María del Santo Rosario de Pompeya, con motivo del Año Jubilar por el 150 aniversario de la llegada del cuadro de la Virgen, el Papa Francisco destacó la importancia de la oración del Rosario. Este acto de devoción, que comenzó con Bartolo Longo en Pompeya, continúa siendo una fuente de esperanza, consuelo y unidad para los fieles de todo el mundo.
Una oración al alcance de todos
El Papa subraya que el Rosario es una «oración sencilla» que puede contribuir a la renovación de la evangelización en la Iglesia. De manera particular, Francisco hizo un llamado a los jóvenes para que redescubran esta devoción no como algo repetitivo, sino como una expresión de amor inagotable. Esta oración no solo consuela a los enfermos, sino que también «anuda a Dios» y se convierte en un «abrazo para los marginados». El Papa alienta a los jóvenes a ver el Rosario como una cadena de amor que los conecta con los más necesitados y con Dios.
El legado de Bartolo Longo y el compromiso con la caridad
El Pontífice también recordó el trabajo incansable de Bartolo Longo, quien, a través de su devoción al Rosario y sus «Quince sábados», difundió un mensaje de esperanza y caridad entre los habitantes del Valle de Pompeya. El Papa anima a continuar con las iniciativas del Santuario, que siguen siendo un testimonio del «legado espiritual» de Longo, destacando su profunda labor en la atención a los más desfavorecidos.
El cuadro de la Virgen del Rosario y su mensaje de esperanza
El Papa Francisco también reflexionó sobre la historia del cuadro que llegó a Pompeya en 1875, obra de un fervoroso compromiso espiritual. La imagen muestra a la Virgen con Jesús, entregando las cuentas del Rosario a Santa Catalina de Siena y Santo Domingo. El Papa recuerda cómo, a través de la acción de Longo, el Rosario se difundió como un medio de salvación. Asimismo, Francisco destacó el vínculo de esta devoción con el magisterio papal, desde León XIII hasta la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae de San Juan Pablo II, que en su momento revitalizó el Rosario a nivel mundial.
Un jubileo de esperanza para la humanidad
El Papa subraya que la celebración del Jubileo del cuadro de Nuestra Señora de Pompeya coincide providencialmente con el Año Jubilar de Jesús y el XVII centenario del Concilio de Nicea. Esta conexión subraya la importancia de la devoción mariana como medio para comprender y vivir los misterios divinos de la vida de Cristo, a la luz de la Trinidad.
La bendición del Papa
En su misiva, Francisco también recordó su visita al Santuario en 2015, agradeciendo las manifestaciones de fe vividas en este «oasis mariano». En este contexto, invocó la gracia para la región de Campania, especialmente para aquellos que atraviesan situaciones difíciles, y ofreció su bendición a todos los participantes en las celebraciones del 150 aniversario de la llegada del cuadro de la Virgen del Rosario.
El Papa invita a los fieles a hacer del Rosario una herramienta de paz, unidad y evangelización, en un momento de necesidad de esperanza y concordia para la humanidad.