En su discurso anual a los Colegios Pío Latinoamericano, Pío Brasileño y Mexicano en el Vaticano, el Papa abordó el tema del «amor», que considera esencial en la vida sacerdotal.
El Pontífice destacó la importancia de ver en cada persona la manifestación del llamado divino, señalando que cada individuo debe ser el centro del servicio y amor de los sacerdotes. Según Francisco, al atender a los demás, los sacerdotes cumplen con la tarea encomendada por Dios, lo que les acerca más a Él.
Asimismo, el Papa exhortó a los sacerdotes a adoptar el papel de «Verónica» ante cada rostro y cada lágrima, destacando la importancia de la oración, la ofrenda total de sí mismos y la humildad en este proceso.
Francisco describió la importancia de la oración como un medio para presentar ante Dios cada situación concreta, acompañada de una entrega total de sí mismos, reflejada en la radical aceptación de la voluntad divina en todas las áreas de sus vidas. Además, destacó la necesidad de humildad y reconocimiento de la dependencia en el camino espiritual, valorando la intercesión de aquellos que les rodean, incluyendo formadores, compañeros sacerdotes y el entorno cercano.
En resumen, el Papa enfatizó que el servicio y la entrega desinteresada a los demás son los pilares fundamentales que acercan a los sacerdotes a la voluntad divina y les permiten experimentar la presencia de Dios en sus vidas.