El Papa: El Árbol y el Belén, Símbolos de Inclusión en la Iglesia

El Papa Francisco destaca la importancia del árbol de Navidad y el pesebre como símbolos de fe, esperanza e inclusión, y hace un ferviente llamado a la paz

En un emotivo encuentro, el Papa Francisco dio la bienvenida a las delegaciones que donaron los símbolos navideños para la Plaza de San Pedro y el Aula Pablo VI. Entre los presentes, se encontraban representantes de la embajada de Palestina ante la Santa Sede, quienes trajeron nacimientos procedentes de Belén, evocando con lágrimas en los ojos el sufrimiento de quienes padecen el drama de la guerra.

El Mensaje del Papa Francisco

Símbolos de Fe y Esperanza

El árbol de Navidad, con sus anillos que simbolizan la sucesión de generaciones de creyentes, y el pesebre, que narra el misterio de la encarnación de Dios, fueron los protagonistas del discurso del Papa. Francisco destacó cómo estos elementos reflejan la profunda fe arraigada en Jesús y la pobreza que Él abrazó al hacerse hombre. Los nacimientos de Belén, en particular, evocan el dolor de la guerra, un recordatorio constante de la necesidad de paz.

Saludo a las Autoridades

Durante el encuentro, que precedió la inauguración de los símbolos navideños, el Papa saludó a los representantes institucionales de Grado y Ledro, localidades de donde proceden el nacimiento y el majestuoso abeto de 29 metros que decora la Plaza de San Pedro. También dio la bienvenida a la delegación de la embajada de Palestina y otras autoridades civiles y eclesiásticas, recordando las visitas del presidente palestino, Mahmud Abbas.

El Árbol como Imagen de la Iglesia

Francisco reflexionó sobre el árbol de Navidad, resaltando su poda ecológica y los anillos del tronco como una metáfora de la Iglesia. Estos anillos representan la continuidad de generaciones de cristianos que, unidos, difunden la luz de Cristo. «Las antiguas generaciones dieron vida a las jóvenes, y las jóvenes protegen a las antiguas», señaló el Papa, subrayando la misión conjunta de la Iglesia en el mundo.

El Pesebre y la Encarnación de Dios

Bajo el abeto se encuentra el pesebre, que sigue la tradición de Grado y reproduce una «casona» típica de las islas lagunares friulanas. Esta estructura simboliza la humildad y las condiciones de vida de los pescadores, reflejando cómo Dios se hizo hombre para compartir nuestra pobreza. El Papa enfatizó que el Reino de Dios se construye a través de los recursos humildes de nuestra humanidad, purificados y fortalecidos por su gracia.

Inclusión en la Iglesia

El Papa destacó la necesidad de una comunidad para llegar a Jesús, comparando a la Iglesia con una barca guiada por Pedro, donde siempre hay lugar para todos. «En la Iglesia siempre hay lugar para todos, especialmente para los pecadores, porque Jesús vino para todos, no para los santos», afirmó Francisco.

Un Llamado a la Paz

Finalmente, al observar los nacimientos de Belén, el Papa recordó el mensaje de paz y amor dejado por Jesús, y elevó una oración por aquellos que sufren la guerra. «¡Basta de guerras, basta de violencias!» clamó, denunciando la industria armamentística que se beneficia de la muerte. Francisco concluyó con un ferviente llamado a la paz en todo el mundo y para todos los hombres.


Esta intervención del Papa Francisco nos recuerda la esencia de la Navidad: un tiempo de paz, amor e inclusión, donde la fe y la comunidad se unen para celebrar el nacimiento de Jesús y trabajar juntos por un mundo mejor.