El Papa Francisco destaca la dignidad de la actitud de los obispos franceses tras el reciente informe de abusos sexuales en la Iglesia del país.
Unas horas después de su encuentro con el Santo Padre ayer, 13 de diciembre de 2021, el presidente de la Conferencia de Obispos de Francia (COF), monseñor Eric de Moulins-Beaufort, y sus 2 vicepresidentes, los obispos Olivier Leborgne y Dominique Blanchet, mantuvieron una reunión informativa con la prensa, celebrada en el Seminario Francés de Roma.
De acuerdo a Vatican News, la presidencia de la COF indicaron que esta audiencia con el Papa constituye una costumbre anual para informarle de los trabajos de su Asamblea plenaria. Del 2 al 8 de noviembre del 2021, los obispos franceses se reunieron en Lourdes para este evento, centrándose particularmente centraron en el informe de Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales (ICASE), publicado el pasado 5 de octubre. Los resultados del mismo causaron gran conmoción en Francia, ya que mostraba que existen alrededor de 330.000 víctimas de violencia sexual en el seno de la Iglesia católica desde 1950.
Escucha y atención de las víctimas
Monseñor Éric de Moulins-Beaufort explicó que los obispos franceses experimentaron una “conversión” durante la Asamblea de Lourdes. Monseñor Olivier Leborgne, por su parte, se refirió a una “aventura espiritual” que los había llevado a situar la escucha y la atención a las víctimas en el centro de su enfoque. Esto incluye también asumir la responsabilidad institucional por encima de las faltas individuales.
Durante su encuentro con el Obispo de Roma, “el Papa subrayó la dignidad de nuestra actitud y nuestra forma de considerar el informe de la ICASE, y nos animó a seguir haciéndolo de forma sinodal”, indicó el presidente de la COF durante la rueda de prensa.
Según el medio vaticano, el informe sigue siendo una base de trabajo válida, a pesar de la reciente controversia. Y el Pontífice, que recibirá a Jean-Marc Sauvé, presidente de la ICASE, en una fecha aún por determinar, se interesó por algunos aspectos que los obispos pudieron explicarle directamente, en particular los datos históricos sobre el modo en que la Iglesia de Francia trató a los “sacerdotes problemáticos”.
Afrontar el mal desde la raíz
En su conversación con la presidencia de la Conferencia episcopal de Francia, Su Santidad retomó la cumbre dedicada a la protección de los menores en la Iglesia que se celebró en la Ciudad del Vaticano en febrero de 2019, con la participación de los presidentes de los episcopados de todo el mundo. Francisco reiteró “hacer lo que sea necesario” para afrontar el mal desde la raíz, a nivel global.
Por otro lado, para los obispos, el reto es vivir un “camino espiritual” y “ponerse ante el Señor”, asumiendo sus responsabilidades “ante las víctimas y ante Cristo”.
Otros países de Europa
En las reuniones de la Conferencia de Obispos de Francia también se trataron temas más específicos y actuales del tratamiento de los abusos contra menores con los cardenales Marc Ouellet y João Braz de Aviz, prefectos de la Congregación para los Obispos y de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, respectivamente.
Respecto al resto de países europeos, expone la misma fuente, los intercambios han sido más bien informales. En enero de 2022 está prevista una reunión de la Conferencia episcopal con los presidentes de las Conferencias episcopales de Alemania y Suiza, que permitirá intercambiar experiencias con otras encuestas realizadas con una metodología diferente.
Dimisión de monseñor Aupetit
Sobre la reciente dimisión de monseñor Michel Aupetit, ahora arzobispo emérito de París, los prelados declararon a la prensa: “El Papa nos confió su tristeza por haber tenido que tomar esta decisión”, teniendo en cuenta que “el clima que se ha creado ya no le permite gobernar” la diócesis.
El Pontífice manifestó “su estima por la reacción pastoral del arzobispo Aupetit” e ironizó sobre las “bellas almas que gritan, sin aceptar que los obispos puedan ser pecadores”. Dicha respuesta, concluyó monseñor de Moulins-Beaufort, contrasta con la del “pueblo de Dios que reza, que sufre”.